Me hiciste reír, creer ciegamente en ti, en un nosotros, tenía tantas ilusiones y esperanzas de que podríamos superar cualquier obstáculo, con lo que no contaba es que dicho obstáculo eras tu, no querías avanzar, simplemente te cansaste o no me querías como yo a ti.
Me tomó algo de tiempo darme cuenta de que era lo que pasaba, pues cualquier cosa era más importante que nosotros, comenzaron las discusiones sin sentido, excusas, planes cancelados, incluso tu manera de tratarme cambió. Pensé que era solo una etapa, el estrés de la universidad, el trabajo, las cuentas sin pagar, que podría aguantar un poco más.
Y justo en ese momento me di cuenta, no era simplemente una etapa, eras tu diciendo ya basta, nuestro inminente final había llegado, pues lo demostraste con acciones que me lastimaron tantas veces, pero me hicieron entender o aprender que mi amor por ti no sería suficiente si no era correspondido, que las palabras se las lleva el viento, las acciones son las que valen ,que primero debo amarme yo para poder dar mi amor a los demás, que yo no perdí a nadie, solo me libre de alguien que no me merecía y que seguiré amando con la misma fuerza arrolladora de un huracán.
Un Blues en Colón