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Inconsciencia del consumismo: 5 Reflexiones

Verónica Sierra Ponce de León Verónica Sierra Ponce de León Seguir Jun 17, 2019 · 3 mins lectura
Inconsciencia del consumismo: 5 Reflexiones
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Partamos de una verdad innegable, hallar la solución al problema no es ni será jamás algo fácil. Quizá no deba estar compuesta de un sólo cambio como reducir el consumo sin más, quizá deba ser un conjunto de cambios en el alma humana. Pero habrá que hacerlo de forma consensuada para ir todos en igual dirección.

Siendo como somos, muchos queriendo demasiadas cosas, quizá y sólo quizá una pequeña medida sería, aunque suene muy drástica, reducir la población. Desde mi punto de vista, considero una falacia el argumento de que la Tierra podría albergas una ingente masa humana; podrá, quizá, albergarla, mas no sustentarla. Tengamos en cuenta la destrucción de hectáreas de bosque para ganado y cultivo, la pérdida de biodiversidad en la agricultura en favor de las especies más productivas. Tengamos igualmente en cuenta el gasto de agua y la decreciente cantidad de nutrientes presentes en los alimentos de hoy, por la esquilmación del suelo. Las cambiantes condiciones climáticas que desencadenan fenómenos metereológicos extremos con las consecuencias que ello trae.

Los organismos modificados genéticamente y los cultivos hidropónicos han sido dos soluciones aportadas desde la ciencia. ¿Pero realmente funcionan? Si cambiáramos nuestra dieta, compuesta cada vez más de carne, a una vegetariana ¿realmente pararíamos el desastre, o lo estaríamos desplazando desde la destrucción del suelo por la ganadería, a la destrucción del mismo por los cultivos incesantes?
Volviendo a la idea primigenia. Reducir la población, quizá sea una forma de mantener el ecosistema. Pero es una medida con la que no se debe jugar. No todo vale. Es algo con lo que hay que tener mucho cuidado, ya que en el pasado se esterilizó sin consentimiento y de forma arbitraria e innecesaria grupos de población, siempre bajo premisas supremacistas. Tampoco el genocidio es un sistema válido, siempre hay quien lo legitima para acabar con el otro. ¿A caso una vida vale más que otra? Este es un tema muy escabroso que da lugar a falacias y conductas poco humanas. Políticas de hijo único que sólo genere hijos de un sexo y no de los dos, da lugar a desajustes poblacionales de carácter misógino.

Cuando menciono la reducción poblacional, quiero decir que se dé ayudas y educación sexual de calidad allá donde aún no llega, para poder decidir por voluntad propia el número de hijos. Que se deje de educar a las niñas en que sólo ha de parir a la siguiente generación. Si a una mujer no le nace el deseo de procrear, no debería de sufrir la reprobación del gentío ni el apremio a que se reproduzca. De igual manera tampoco debiera existir la presión social en aquellas parejas que sólo quieren uno y sólo uno.

Quizá así podamos contribuir a evitar parte, aunque ínfima, del colapso al que nos dirigimos.

Reducir nuestra codicia, buscar alternativas a materiales de uso común muy contaminantes, distribución correcta de los alimentos evitando el desperdicio de toneladas al año. Y quizá quitar el Mercado Global; ese ente en el que todo, absolutamente todo tiene un precio, y es el que impone si merece la pena desaprovechar quintales de trigo porque el precio ha descendido demasiado, por poner un ejemplo.

Vamos hacia el colapso seguro, quizá alguien se salve gracias a la exploración del universo, pero los demás debemos buscar soluciones. ¿Pero cuales? Hay que pensar y bien, el tiempo corre en contra.

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Verónica Sierra Ponce de León
Escrito por Verónica Sierra Ponce de León