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Mueren los libros

Bladimir Ortega Bladimir Ortega Seguir Nov 05, 2019 · 2 mins lectura
Mueren los libros
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El inmenso mar de letras cada día se seca, no es por el borrador o que la tinta se acabe, simplemente se ha perdido el interés por leer. Aun recuerdo cuando mi madre, mujer diestra en palabras, se sentaba conmigo y me leía historias de un inmenso libro donde guardaba cuentos infantiles. Ahora ya no se ven madres con libros en la mano fomentando la lectura en los pequeños, solamente adolescentes que parecen tener el celular pegado a la mano y como si jugaran con muñecos, una marimba de bebés detrás de ellas a pesar de su edad.

Lastimosamente los libros de grandes escritores como Gabo y Asturias han quedado guardados en las grandes bóvedas de libros llamadas bibliotecas, los cuales son consultados por mas de algún curioso que escuchó hablar de ellos o bien algún estudiante que tiene como tarea hacerlo, cosa que parece mitológico pues los maestros “de ahora” han fomentado el uso del “Copy and Paste” para facilitar el trabajo de aprendizaje, aunque sus alumnos no aprendan nada.

Hablar de libros en la sociedad actual es como enseñar a hacer fuego con piedras, pareciera tan primitivo pero resultaría tan útil en una emergencia. Los libros además de educar, enriquecen el vocabulario y amplía imaginación.

La extinción de los libros es casi tan inevitable como el de un ecosistema amenazando por el desarrollo urbano, y es que la contaminación también afecta al habito de la lectura, especialmente la contaminación de la actualización. Las bibliotecas reportan que un 3% de la población las visita y la mayoría por compromiso, algunos dicen que descargar un libro en digital es mejor pero apenas un 1 de cada 1000 personas que lo descargan logran terminar la lectura de aquel libro. Tener en el celular, tableta o computadora un libro no garantiza que se lea, la distracción de las redes sociales y distintas plataformas que ofrecen actividades más “Divertidas” aunque poco productivas hacen que se desvíe el objetivo principal y se deje en segundo o tercer plano la lectura eficaz.

Nuestros abuelos nos contaban historias con fechas exactas, hacían cuentas sin calculadora y tenían un amplio repertorio de temas para platicar sin agotar ideas y fundamentos validos de su ideales, esto a pesar de tener los primeros grados de primaria. Ahora, un hombre con una licenciatura o hasta un posgrado no sabe defenderse ante un tema aun de cultura general, esto ante la falta de lectura e interés por la actualidad, pues piensa que con Googlearlo adquiere en un instante el conocimiento creyendo en aun en lo que es falso y sin fundamento.

La lectura es importante, no dejemos que mueran los libros, escribamos con papel y pluma el derroche de ideas que salen de esa fábrica que tenemos en la mente. Que el mar de letras jamas se seque mientras existan los defensores de la lectura.

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Bladimir Ortega
Escrito por Bladimir Ortega Seguir