Cada vez más nos estamos convirtiendo en un país de contrastes. Quien tiene, tiene mucho y quien no tiene se queda cada vez más pobre, o tiene la falsa impresión de que va bien pero si realmente se tienen en cuenta los contrastes sociales, es evidente que se están ensanchando mucho más.
Muchos estudiantes universitarios se ven afectados por esta situación, ya que las partidas de presupuestos no aumentan para becas pero en cambio para comprar bombarderos y portaaviones sí, para financiar a regímenes totalitarios y teocráticos también.
Y es que el estudiante español se ve cada año delante de una injusticia gubernamental muy grande. Una injusticia que muchas veces condiciona sus estudios, que hace que tenga que trabajar muy duro para conseguir sus objetivos.
Debemos cambiar esta situación, fijémonos que los países mas desarrollados del mundo financian con grandes sumas de dinero la educación de su población, una población que una vez formada dará lugar a un país mejor y más preparado. Un país que descuida a sus estudiantes y el futuro educativo de su población es un país que estará sumido en la injusticia, el conformismo y la desigualdad durante mucho tiempo.
Ahora la pregunta es, ¿qué país queremos ser?