Siempre quedan las cicatrices. Siempre quedan esas cenizas en las que escribiste tus pensamientos, quemándolos con la esperanza de que solo se esfumen. Poco a poco aquella luz se va apagando, sumiéndose en un mundo en el que nada tiene color o autenticación, en el que solo la oscuridad reina.
Cada paso que se da, se siente vacío, sin un objetivo, caminando sin rumbo solo para llenar el espacio, para mantener a la mente traicionera ocupada y tan solo, dejar de pensar por una fracción de segundos.
Las pequeñas cosas que sacaban una sonrisa ya no lo hacen, no más que una sonrisa fingida, una felicidad enmascarada para que los que nos rodean no pregunten, ya que ni siquiera nosotros sabes que ocurre, como nos sentimos, como pararlo.
No todos lo entienden, el “seguro en un futuro va a mejorar” es una frase que escuchamos a menudo, cambiando algunas palabras, pero ahí está. Mi pregunta es ¿Cómo lo voy a saber, si en lo único que pienso es en pasar este día? No hay futuro, apenas hay presente. El vivir cada día siendo un personaje más en el escenario, bajar de él y seguir siéndolo para nosotros mismos, es cansador.
Pocos momentos son en los que se pueden bajar las paredes, quitar el maquillaje y dejarlo ir todo. Se quiere llorar, se quiere gritar, se quiere golpear o hacer daño para dejar de pensar. Solo unos segundos. Solo pedía eso. Simplemente, buscando un poco de motivación por parte de tus pensamientos, en los cuales solo reina la confusión y la tristeza.
Al pasar los días, meses, años en los que no se encuentra una salida, el tiempo se vuelve uno solo. Dejas de fingir y te encierras en el único espacio silencioso del cual no se quiere salir, aceptando la realidad de las cosas. Nadie logró salvarme, ni yo, ni otros, nadie.
Querer dormir para no pensar es común, pasan las horas y es menos el sufrimiento. Llega un momento en el que esa es tu actividad favorita del día, tu objetivo y solo lo quieres hacer real.
Para ese momento la decisión más razonable es exactamente esa, desaparecer en el mundo de los sueños. Es cuando te das cuenta, que la mejor opción esta en tu medicación. Se la toma a la hora requerida y solo es espera para que una sobredosis soluciones los problemas que llevabas cargando de años.
Y cuando terminas de hacerlo, la muerte te arropa en sus brazos, llevándote por un camino que no conocías y sonríes porque al fin sabes donde ir…