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Pobres, los creyentes

Louyser Diamond Louyser Diamond Seguir Jun 20, 2019 · 4 mins lectura
Pobres, los creyentes
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¡Pobrecitos los creyentes! Te miran muy raro cuando dices que crees en Dios. Y debes ocultarlo porque, ¡por Dios! ¡¡¡ten misericordia!!! si expresas que crees en dios, los ateos te dicen que debes respetar sus descreencias científicas. Si te atreves a seguir hablando, ¡pobre de ti! Muchos se alejarán de ti porque se sienten lastimados por tu sagrada opinión de mierda, otros te dirán que eres desagradable, un blasfemo de la santa ciencia, un fanático militante; te repetirán la frase “Los creyentes siempre hablan del ateísmo”, “Issac Newton era ateo”, “No irás al paraíso de la cerveza con Monesvol”, “¡Arrepiéntete de tus bondades!” etc etc; eso, teniendo claro, por supuesto, que los ateos entiendan qué significa ser creyente. Pueden decirte cosas como:

“¿Qué es eso? Creyente es el que cree en todo, ¿no? Entonces, ¿en qué no creen?”, “Si hay un dios, entonces, ¿por qué no hay justicia en el mundo?”, o, mi favorita: “¿la vida tiene propósito y sentido para ti? ¿Cómo haces para soportar que tenga propósito y sentido”?.

Las reacciones son diversas: la mayoría simplemente se queda callada. Sin decir un pipe. El silencio incómodo se vuelve insoportable. Entonces procede uno a aclarar, por si acaso, qué significa serlo, y por qué aún siéndolo puede uno celebrar la Newtondad, la Semana Hereje, y otras festividades ateas. Varios pueden llevarte la contraria, argumentando que si tan creyente eres pues deberías trabajar los días feriados gracias al ateísmo. Por dentro te da una risa tremenda la ignorancia espiritual de esas águilas, corazones de diamante, infieles criaturas llenas de inmunda inteligencia y sentido común, pero tú, como buena ovejita/burro/perro, pues ocultas tu amor por ellos, tu amor lleno de anhelo de llevarlos al maldito infierno, y entonces simplemente contestas tontamente: “Jajajajaja. Mejor cambiemos de tema”. Porque sabes que si sigues iluminándolos con tu conocimiento cósmico van a gritar como las peores bestias, atacando a tus falacias en lugar de a tu persona, pidiéndote evidencias de la existencia de dios, explicándote porqué la evolución y el big bang es verídico, en fin, infinidades de estupideces científicas y lógicas que no tienen ni el más mínimo peso bíblico.

Ellos predican el cientificismo en Iglesias enormes a nivel mundial. Sólo aquí, en el mejor país del mundo, tienen cerca de 94 iglesias por cada estado, de 200 a 2000 personas inscritas en cada una. Tienen 546 canales de Televisión internacionales exclusivamente dedicados al ateísmo y sus cuatro jinetes, miles y miles de emisoras de radio, incluso programas de radio en emisoras creyentes e igualmente programas de televisión en canales creyentes; en la mayoría de casos, de hecho, tienen más programas en los medios creyentes que los programas que tienen los mismos creyentes en sus medios, eso, por supuesto, cuando se ve el raro caso de que el canal creyente tenga un programa creyente. ¡Así de impopular es creer en Dios! Y lo peor: ¡ellos sí hacen algo! ¡Qué pecado!

En lugar de hacer las cosas en nombre de su religión atea, la hacen en nombre de la nada, o de los valores humanos, da igual; ayudan al prójimo que está pasando necesidad, donan medicamentos, sangre, ropa y lo que sea a quien lo necesite, comprenden y apoyan a los discapacitados ¡en vez de sacar fuera demonio para que sean salvos! o, cómo no, difunden su ateísmo con pensamiento crítico y escepticismo sin imponer nada a nadie, sin manipular a la gente en sus peores momentos para que acepten a la razón en su cerebro; ¡Dios nos libre de la inteligencia y el sentido común! En sus iglesias hablan de diversidad, casan a parejas del mismo sexo, difunden la ideología de género y apoyan a políticos de izquierda cientificista. Como si todo esto fuera poco, 19 países te condenan a pena de… De… Bueno, ¿que se burlen de tus creencias estúpidas porque son estúpidas cuenta como condena? ¡Obvio que si!

Pues eso, te condenan por ser creyente, y 7 más te condenan por ser un blanco heterosexual cisgénero. Bueno, te tratan igual a que si fueras gay o bisexual, no te discriminan en el trabajo, no tienes que caer en la prostitución para sobrevivir, puedes alcanzar el éxito más fácilmente que alguien de otra raza o género, pero, ¡el Señor reprenda al diablo! que la gente no comparta tus creencias es un crimen de libertad de culto imperdonable. Y no puede ser que casi nadie diga algo al respecto, a menos que sea, precisamente, un creyente. Es sumamente injusto.

¿Por qué la enferma y contradictoria palabra de nuestro único y verdadero Dios -porque lo dice la biblia- no es tomada en serio? ¿Qué tienen de inverosímil las serpientes y los burros que hablan, qué tiene de malo violar vírgenes, descuartizar mujeres violadas que se supone que amas, o matar niños y ancianos en nombre de nuestro señor? ¿Qué tiene de malo meter a gente presa o asesinarla por sus descreencias o por tener unas distintas a las mías, tal y como obliga mi adorable religión? ¿Qué tiene de malo defender y promover la esclavitud? ¿En qué clase de mundo vivimos, que no se apedrea a los homosexuales y adúlteros como en los viejos buenos tiempos? Se han perdido los valores. Por difundir valores fascistas, ¡te llaman “fascista”! Te llaman loco y estúpido por creer en todas estas locuras y estupideces.

Y por todo esto digo yo:
¡Pobrecitos nosotros, las ovejitas, los creyentes!

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