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Vivir el día a día en un país destruido

Pequeña Saltamonte Pequeña Saltamonte Seguir Jun 21, 2019 · 1 min lectura
Vivir el día a día en un país destruido
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Me enseñaron que tenía posibilidades de vivir una buena vida si estudiaba una carrera o terminaba mi bachillerato. Que un sueldo alcanzaba para vivir estable, no con lujos pero si estable… Ahora con 28 años no he podido ni comprarme una vivienda propia, ni tampoco terminar mi carrera universitaria porque debía trabajar para comer.

Este país en el que nací se llama Venezuela, y ahora me debato entre seguir aquí, luchando por mi país; me niego a irme a otro lugar con todas las agresiones y rechazo que tenemos ahora los venezolanos. Lloro cada noche pensando en si podré comer mañana, pensando que así como yo hay tantos o más niños llorando por algo de comida. No mentiré, tampoco me muero de hambre, pero hay cosas que deseo comprar para comer y no puedo.

Quiero formar una familia, quiero un hogar propio, quiero tener mis hijos… pero no lo puedo hacer aquí. Debo irme con lágrimas en los ojos deseando quedarme en lo que yo llamo el país de las oportunidades. Ya dejó de serlo, el gobierno terminó con cada uno de nuestros sueños para matarnos de hambre y separar familias.

No habrá lugar en la tierra donde se puedan escapar o esconder estos del gobierno, porque algún día les llegará sufrir o pagar con cárcel por cada muerte de enfermos o niños en estado de desnutrición.

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Pequeña Saltamonte
Escrito por Pequeña Saltamonte Seguir