Salir con alguien, tener citas y luego establecer una relación con un nombre establecido (novios) es el común para muchos pero, ¿Es de obligación ponerle un nombre?
Siempre queremos a alguien que nos respete, que quiera ser nuestra pareja y así conquistar poco a poco más compromiso, sin embargo hay quienes optan por llevar relaciones en las cuales no se llaman a si mismos “novios” sino que simplemente llevan un compromiso implícito, un noviazgo sin nombre como una manera de hacerlo más personal.
Por el contrario de las parejas abiertas, aquí no se busca estar con otros, solo están entre ellos pero sin definirlo. Lo importante del caso es conseguir con quién compartir tu manera de ver el mundo, que te respete y te haga crecer. Que acepte tus locuras y te de cordura cuando la necesites. Un apoyo, un consejero, un compañero, un complemento. Es más difícil conseguir eso que conseguir un novio.
El Encuentro (Parte I)