Supongo que, encontrarse en este momento de nuevo, es extraño. Algo así como que ya no soy el que era, pero tampoco soy quien debía ser. Soy una mezcla de quien fui con quién soy buscando ser alguien nuevo. Vaya dilema.
Siempre me pregunté, cómo sería darlo todo, una y otra vez, y fallar. Lo descubrí contigo. Recuerdo que solía decir, el amor lo cura todo, si uno es capaz de luchar por lo que ama. Entonces, eres capaz de ganar, o, de perder. Pero el amor es como todo en la vida, una apuesta ciega en la que no sabemos si lo que va a suceder sucederá, o solo nos espera una sorpresa. Es un todo o nada. Y eso, fue lo que aposté contigo. Todo o nada. Suena fácil, y sé que tú no me crees cuando te digo que eras mi todo. Cambié todo para hacerte sonreír, peleé con quien fuera para hacerte feliz. Quizás, dirás qué tú también lo hiciste, aunque muchas veces nunca se sienta así.
Perderte me dejó en este extraño lugar, solo de nuevo. Solo, buscando no estar tan solo. Podrías decirme que nunca estás solo si te amas a ti mismo, pero, ¿cuánto puedes tardar en amarte a ti mismo? Sé que puede pasar mucho tiempo, y aún así, nunca amarte de verdad. Es complicado entonces, los asuntos del amor. Todo es hermoso, hasta que, sencillamente, ya no lo es.
A pesar de todo esto, y múltiples intentos de recuperar lo que alguna vez fuimos, nada funcionó, y solo me quedé, con un corazón roto y el tiempo que compartimos en mi mente. Qué memorias fueron.
Ahora que estamos aquí, juntos de nuevo, puedo decirte todo esto. Puedo decirte que me diste el mejor regalo del mundo, yo mismo. Sabes, aprendí a tocar la guitarra y comencé a hacer ejercicio, ya no estoy tan flaco como me recordabas. Ya no soy quien era. Supongo dirás que bien por mi, y que, ahora estás feliz, pues, de que sea feliz.
De verdad gracias por todo, pero lo único que me hubiese hecho feliz, era volver a sostener tu mano. Cuando me soltaste. Todo lo que me quedó fue agarrarla yo mismo, y eso, no fue nada fácil.
Me quedo con todo lo que fuimos, pero te regalo todo lo que soy, o lo que seré. Porque fue al dejarme ir, que entendí que si hubieses sido el amor de mi vida, jamás te hubieras ido.
El Cerezo