literatura,

Me pierdo esperándote

Juan Wallis Juan Wallis Seguir Jul 15, 2019 · 1 min lectura
Me pierdo esperándote
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Odio mi imaginación. Es algo tan poderoso que es capaz de torturarme sin tocarme, de atormentarme sin hablarme, de decir tanto sin soltar una sola palabra por su boca.

Ella me tortura en las noches, y me concede paz en las mañanas. A mediados de las 3 de la tarde vuelve, para recordarme que no se ha ido, pero que tu ya hace tiempo dejaste de estar.

Mi imaginación me carcome, siempre maquinando y moviéndose entre mis recuerdos, pensando, qué sería si, o qué sería si no. A ella no le importa que no estés, o que yo me muera cada vez que me habla de ti. Ella solo hace lo que quiere, hace estragos en mi cabeza, juega con mi mente, y luego como si nada, se va.

Mi imaginación se ha convertido en una cruel amante, de esas que no puedo escapar, que por momentos me acompaña y me hace feliz, pero que si pasamos mucho tiempo juntos, me ahoga con recuerdos de tu boca o de tus manos. Ella me vuelve loco, y no me deja en paz, siempre pensando donde podrías estar, donde estarás, con quién…

Por eso escribo esto para ti señor tiempo, tú que pasas la vida conmigo, y que, como mi imaginación, eres imposible de escapar, dame paz en mi cabeza, déjame estar de nuevo en blanco como aquella noche antes de conocerla. Señor tiempo, enséñame como dejar ir a mi mente contigo, y que aprenda, que como tú, hay cosas que no puedo controlar.

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Juan Wallis
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