La Incondicional

Volviste, sí, te estaba esperando.
Siempre ha sido así, regresas cuando te das cuenta que nada te llena.
Regresas a donde sabes que estás seguro.
¿Soy acaso tu zona de confort?
¿Soy yo tu lugar seguro?
Vuelves a mí cuando ya no te sientes cómodo, cuando ellas quieren más y tú no piensas darlo.
Vuelves cuando me extrañas, cuando notas que con ellas no es igual.
Siempre vuelves.
Y yo siempre estoy ahí.
¿Qué clase de tonta soy por permitirlo?
¿Cómo es posible que me de cuenta y que no haga nada para acomodarlo?
Soy yo, la que siempre está ahí.
Soy esa chica que prometí no ser, la que espera, la que ama, la que sabe que regresarás para volver a irte.
No me amas y sé que no regresas por eso.
Amas más lo que eres ante mis ojos.
Amas esa idea de amarte.
Por eso regresas, porque extrañas que te ame.
Y sé que algún día, luego de irte y regresar unas diez veces más.
Yo no estaré ahí esperando.
Y será cuando te des cuenta, que no seré más la incondicional.
Aquella que te amaba de verdad.
Y aquella a la que perdiste por cobarde.
Por el miedo de llegar a amarla.