psicología, sociedad,

La herencia de nuestros padres

Jey Briana Jey Briana Seguir Aug 06, 2019 · 2 mins lectura
La herencia de nuestros padres
Compartir

La influencia de un padre pesa más que la de un centenar de maestros de escuela. Y así en un inicio se nos condena, una sentencia mental en la que la mayoría de los seres humanos no logra un mejor nivel de vida que el que tuvieron con sus padres.

Es así cómo lo único que nos heredan nuestros padres son las mismas cartas que a ellos les tocó jugar. El mismo sistema que los programó a ellos aplica en nosotros a través de su ejemplo, crecimos viendo a nuestros padres ser felices en una casa rentada, con el salario de un obrero que alcanzaba para comer y darnos de vez en cuándo algún lujo, acompañado a nuestra madre a dejar la tanda, nos emocionaba ver a nuestro padre llegar con algo nuevo a casa y desconocíamos que aquello era comprado a crédito, crecimos pensando que éso era la felicidad.

Si bien para un niño ese estilo de vida no tiene nada fuera de lo común, para el subconsciente es un aprendizaje perjudicial pues ya como adultos no forjamos un espíritu emprendedor, aclaró que si ambicionamos un futuro lleno de riquezas pero de quererlo a pararse del sillón a conseguirlo es algo que nunca sucederá.

No se buscarán empleos bien pagados y mucho menos terminar una carrera universitaria, el echo de tener treinta años y aún no tener casa propia no causará ningún efecto inquietante, cuando no se pueda dar a los hijos algo que ellos necesitan se escudaran diciendo -a mi, mis padres no me daban nada de eso- , -cuándo yo era chico me tenía que conformar con lo que me dieran-.

El sistema que vivimos de niños es el mismo que utilizamos de adultos… y aún que queramos algo mejor no podemos por que así estamos educados. Mi padre algo que siempre me dijo fue - Nunca seas conformista - pero siempre le he visto a el conformándose ¿qué ejemplo tomaría entonces yo para mi vida? Pues claro no me conformo con un salario mínimo así que busco la fábrica dónde paguen un poco más pero, al fin y al cabo un salario de obrero. Tengo una idea para un negocio, pero sucede que hay que invertir primero y luego esperar a ver si se vende, a veces si otras no, mejor me quedo en mi trabajo, mi sueldo era poquito pero seguro. Ese sistema de enseñanza es implacable.

Sólo hay que adoctrinar al padre y sus hijos adoptarán el método y así de generación en generación, mano de obra asegurada por varios años. Claro siempre hay algún rebelde que consigue romper las cadenas y se busca un futuro provechoso pero siempre son pocos.
Sólo aquéllos que están del otro lado de la moneda con padres profesionales con salarios envidiables, con un intelecto y cultura bien nutridos desde pequeños son los que buscan las buenas oportunidades, pues su educación no les enseña a conformarse con poco y menos trabajar en lugares donde se menosprecien los años invertidos en educación y por supuesto estando en un nivel más alto forman pareja con alguien en su misma posición.
Y el ciclo vuelve a empezar……
Padres obreros, hijos obreros
Padres profesionistas, hijos emprendedores.

Suscribete a la Newsletter
Recibe los mejores articulos en tu bandeja de entrada. Nunca mandaremos spam.
Jey Briana
Escrito por Jey Briana Seguir