Acostumbro charlar con amigos todo el tiempo, cada semana, es mi momento catártico de reconciliación con el mundo externo que me recuerda que el mundo es mucho más grande que yo, mi trabajo y mi familia. Y en una de tantas charlas, unas demasiado profundas para un café y otras demasiado banales para una cerveza, en ese momento intermedio en el que lo único que puede ser buena compañía es un cigarrillo, surgió el tema al que todos le huimos, le tememos incluso, el rechazo.
Vaya, el rechazo puede ser duro, pero que tanto dependiendo de si eres hombre o mujer es una concertación que se logró en el octavo piso de un viejo edificio, acompañados de una cerveza y un cigarrillo, rodeada de hombres tan sensibles como lo que cualquier mujer soñaría en tener.
Una pre concepción machista del papel del hombre y la mujer al interior de una relación de pareja es lo que se definió en esta charla como un detonante inequívoco del dolor de unos y otros, de hombres y mujeres. El ejemplo más claro, la situación más común, el “hemos estado saliendo pero no quiero nada serio”. Quien tomaría peor el comentario, un hombre o una mujer. ¿Ustedes que creen? Si, también me sorprendió la respuesta, un hombre por supuesto y aquí el porqué.
El muchas veces errado pensamiento de las mujeres de que un hombre es quien debe conquistarla, atraerla, invitarla, prácticamente convencerla de estar con él pone de por si demasiada presión sobre ellos, pero igualmente demasiada ilusión. Quien, que haya hecho todos los esfuerzos pertinentes y más para sacar una relación de la nada con una desconocida podría estar esperando el fin, podría pensar por un instante que no es suficiente para llenar lo que, según ellos, toda mujer busca, una relación de cuento de hadas con un final feliz. Que hombre puede entrar pensando que si ella ya dijo que si se puede retractar, que pueda encontrar una falla en él que la cohíba de quererlo. ¿Que hombre, que persona que haya hecho un esfuerzo de tal magnitud para retener a alguien a su lado esta sinceramente esperando lo peor? La mujer, por eso para ella, aunque doloroso, no resulta humillante. Es, aunque profundamente desilusionante, totalmente comprensible. Para una mujer no surgirán jamás comentarios como “que me falto” “que está mal conmigo” o “por qué no soy suficiente” no, para una mujer surgen comentarios mucho menos hirientes como “que tonta en haberme ilusionado” “debí saber que no me quería para eso” “la paso rico y se fue, así son los hombres”.
Si, lo que se espera de una persona en una relación aumenta o disminuye la presión sobre nosotros mismos dependiendo del lado de la moneda en el que nos encontremos, así que la próxima vez que suceda, que alguien te diga “nada serio” piensa en esto, si eres hombre, en que las mujeres también buscamos diversión, eso no significa que no seas adecuado para una relación, y si eres mujer, en que los hombres también buscan amor, no solo diversión, y si se fue puede que efectivamente haya algo que podrías hacer mejor.
A mordidas