Estoy sentado pensando en ti. Eres una historia pesada, que para mí no ha acabado, pero, estoy aterrado de que para ti si. No hace mucho estuvimos aquí juntos, tomando, riéndonos. Que extraño como las cosas cambian, cómo el tiempo deshace lo que tanto nos costó armar.
Tú estás ahí, siendo tú. Hermosa e inteligente, comiéndote al mundo entre los hoyuelos de tú sonrisa, y yo, un tipo patético rogando por tus besos. Que calamidad perderlos, pero no tienes idea lo que haría por ellos.
Buscando una explicación, encontré que solo hay una forma de salir vivo, hago lo que me pides y me voy. Pero, escogeré una opción que para ti, quizás no está en la paleta. Me lanzaré al vacío, esperando que un solo beso me salve, y de esa forma, en la muerte de la caída, existe la posibilidad de ser salvado por ti. Creo que eso, la esperanza de nosotros, es lo más peligroso que hay, porque no me salva, pero no me mata. Y por ti, viviría en el limbo de la agridulce espera, hoy y siempre.