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El problema de la ansiedad y el futuro

Moné Moné Seguir Sep 02, 2019 · 2 mins lectura
El problema de la ansiedad y el futuro
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Estoy totalmente callada y aún así, mi cabeza no deja de pensar. Puedo estar quieta en un rincón y aún así sentirme tan cansada, como si hubiera corrido una maratón entera (aunque no es algo que haya hecho aún). Me imagino que así se siente. El corazón agitado, el sudor frío, la imposibilidad de moverse después de parar, porque los músculos están tan tensos y agotados que ya no pueden más. Respirar se siente como fuego en los labios y tengo que hacerlo con la boca abierta, porque el aire no da abasto.

Y todo eso solo porque no puedo dejar de pensar. No puedo dejar de gritar, no logro callarme. Me sigo agotando a mí misma, recordándome lo insuficiente y poco eficiente que he sido. Que quizá sí soy un parásito y que necesito cambiar. Pero tan pronto me propongo a hacerlo, me siento tan cansada, tan rodeada, tan atrapada. Por mi misma y por ellos. Y me quedo estática, comiéndome las uñas, tan frustrada y decepcionada que solo vuelvo a sentarme en la cama y deseo no ser más yo. Porque ser yo es agobiante, confuso, aterrador.

Y me pregunto desde cuándo comencé a sentirme así. Supongo que fue en el instante que dejé de sentirme niña y me convertí en adulta, adquiriendo las responsabilidades de una (aunque no realmente). Esto no es una cosa que pase con la edad, una transición, un sentimiento que se adquiere tan pronto cumples 18 (o 21). De repente solo fui más consciente del paso de la vida, cuando fui abandonando ciertas costumbres y escuchando otras quejas sobre cargas que debía llevar y como se suponía debía ser.

Porque a mi edad, ellos ya estaban trabajando, viviendo solos, aguantando hambre, cocinándose a sí mismos, sufriendo todos los golpes duros de la vida. Y mientras tanto yo estoy aquí, con una vida perfecta, donde no me veo obligada a trabajar aún (pero se espera de mí que sí), donde puedo estudiar cada semestre (y estudio lo que quiero), donde tengo donde dormir y que comer, pero sufriendo un posible problema mental, que me hace ver todo más difícil e imposible de lo que es, que me genera miedo y me consume, no me deja mover, aterrada del futuro por mi posible incapacidad y poco talento para lo que quiero hacer, que al final no tengo nada de diferente al resto.

Entonces más vale intentarlo. Porque nada resultaría peor que el hecho de que todas las mentiras con las que planea sabotearme mi cabeza, sean realidad.

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Escrito por Moné Seguir