Cada verano los medios de comunicación informan de noticias sobre el aumento de accidentes y rescates de excursionistas, provocados la mayoría de veces por imprudencias como las de tener poca preparación física y técnica, llevar un equipo o ropa poco adecuada, no saber o tener en cuenta la previsión meteorológica, etc.
Aparte de disponer o no de un seguro de accidentes de montaña, desde hace tiempo se habla de facturar el coste de los rescates, siendo éste un debate más social que jurídico. En algunas comunidades ya se realiza aunque a veces es difícil determinar si el accidente ha ocurrido por comportamientos imprudentes.
La mayoría de rescates suponen un alto coste económico para las Administraciones públicas por la intervención sobretodo de helicópteros, pero también si intervienen bomberos, ambulancias y cuerpos especializados.
En el caso de los rescates por accidentes de montaña aunque sean provocados por no valorar los posibles riesgos, muchos pensamos que siempre será obligación de las administraciones rescatarnos sin facturarnos el coste económico.
Si comparamos los países del sur de Europa con los del norte, generalmente nos cuesta más pagar impuestos. Entre otros motivos que provocan este comportamiento está el mal ejemplo de los personajes famosos y los deportistas de élite, cambios de residencia para pagar menos, las grandes empresas con noticias de corrupción y evasión de impuestos a paraísos fiscales, etc.
Además de ser responsabilidad de los estados tener una fiscalidad más justa y social, también es importante que los niños y niñas dentro del ámbito escolar y familiar haya una educación en valores sobre nuestras responsabilidades, reforzándola con una formación en todos los cursos escolares para conocer los principios y beneficios económicos que puede obtener nuestra sociedad si todos contribuimos con nuestras obligaciones económicas.