Ni tú, Ni yo
sabemos de perfección
Ni el mar, Ni el viento
dejaron de guiar al corazón
Ni la luna, Ni el sol
separaron los caminos del cielo
Ni la duda, Ni la certeza
comprendieron la locura
Ni el llanto, Ni la risa
se pudieron detener
Ni el fuego, Ni el agua
apagaron la pasión
Ni el tiempo, Ni el espacio
comprendieron los momentos
Ni la primavera, Ni el invierno
olvidaron el beso en Berlín
Ni los años, Ni la muerte
nos podrán borrar
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