Mi conciencia y yo hemos estado hablando sobre el mundo, sobre las cosas justas y malas, los políticos, las guerras… Al final llegamos a la conclusión de que el mundo actual en el que vivimos es una mierda, con el perdón de la palabra.
Los humanos se esfuerzan por trabajar para que les paguen lo único y necesario que necesitan para poder comprar la energía que utilizarán al día siguiente para seguir trabajando. Los políticos nos hacen comer una falsa idea de libertad que muchos siguen ciegamente, se pelean entre ellos para descifrar quien tiene más poder que el otro, y en su absurda disputa terminamos muriendo los inofensivos ciudadanos. No pretendo extenderme en la política, es un tema que, en realidad, odio, pero tenemos que entender el daño que nos está haciendo.
El ser humano, en su avaricia y deseo de tener cada vez más, destruye. Hace poco salió a relucir la noticia de un amazonas inofensivo bajo las crueles llamas creadas por el hombre, ¿que fue lo que sucedió? Pues, resultó ser parte de la estupidez individual, pero colectiva, de un ganadero que deseaba extender sus dominios para poder tener más ganado, para poder venderlo más, para tener más dinero… Para extenderlo, quiso quemar una parte del bosque, pero terminó quemando miles de hectáreas donde habitaban millones de especímenes, algunos en peligro de extinción. Este, como muchos otros ejemplos, es una prueba de la estupidez del ser humano, porque, tal vez justo ahora no somos víctimas de las consecuencias, pero tarde o temprano, y mas temprano que tarde, estaremos viendo los efectos de este “accidente”.
Otra cosa en la que caí en cuenta fue que el humano está tan centrado en el dinero, que descuidó completamente las hermosuras del mundo, ya casi no existe el arte, ya nadie quiere escuchar música, nadie se atreve a entrar en un museo y disfrutar de sus gloriosas obras. Los músicos estamos desapareciendo poco a poco, y llegará el día en el que ya no habrá nadie que exprese sus motivaciones a través del arte, o que tenga algún tipo de motivación siquiera.
Veo ese posible futuro… ¡tan gris! Personas sentadas en sus escritorios, sumidos en una miseria incontrolable, esperando que llegue su descanso para irse a casa a dormir, para luego ir de nuevo a la oficina. Esa muy bien podría ser una definitiva de paz, pues, realmente no estaría pasando nada que perjudique a nadie, al menos físicamente. Pero esa idea de paz viéndola claramente, es tan monótona como peligrosa, pues el humano sin alegría no puede ser humano, sin inspiración no sirve de nada, y sin un motivo para vivir es mejor morir, por cruel que parezca.
Entonces, si la medidas de “precaución” que estamos tomando actualmente nos llevan a esto, ¿es factible continuar por este rumbo? A mi no me parece. Pues, medidas desesperadas para proteger a los débiles hace que cada vez seamos más débiles, por ende, se necesitarán medidas aún más débiles que nos harán aún más débiles… Creando un circulo vicioso que,irremediablemente, terminará en una extinción masiva y pobre.
A los religiosos: ¿creen que Dios realmente quería que esto sucediera al crearnos? ¿acaso el quería que nos matáramos unos a otros de forma casi impredecible, y de la manera más cruel?
A los ateos: ¿este es un mundo en el cual vivir? ¿vivimos solo para morir miserablemente? ¿vamos a extinguirnos de la peor forma gracias a la monotonía de un mundo que no quiere salvarse?
Yo digo que no… Yo digo que cada uno de nosotros tenemos una voz diferente, una mente diferente, un sentido de la percepción diferente. Cada quien es libre de hacer lo que quiera hacer, nosotros mismos decidimos si queremos formar parte del montón o ser seres individuales con un propósito en común con la naturaleza: vivir. Nosotros decidimos si vamos a dejar que nuestro hábitat se hunda en plástico o si realmente queremos que nuestro predecesores vivan el hermoso mundo que nosotros tenemos y estamos destruyendo.
En fin. Mi conciencia y yo llegamos a una conclusión coherente para ambos: “la humanidad perdió su moral, y hasta que no hagamos un esfuerzo por recuperarla, seguiremos siendo miserables”.
Evolución del dinero: físico vs digital