Hace algunos días recordé que ayer pasaste a saludar, aún no pasaba y ya lo sabía. Tengo un delirio que nace en mí, estamos bajo las oscuras nubes en la distancia.
¿Qué quieres de mí, poderosa ausente? Cada vez que regresas me doy cuenta de mal que me haces. No siento mis manos, dejo de soñar, y todo vuelve a escribirse igual. Te vas y me quedo aquí.
Hoy todo me recuerda a ti, los meses que compartí sin ti, las noches y los amaneceres apagados. Cómplices de la lluvia que empieza a caer cuando volvemos a hablar, aquí no hay nada que rescatar. Es mejor decir adiós antes de volver a empezar.