“Estamos en guerra contra un enemigo poderoso, implacable, que no respeta a nada ni a nadie, que está dispuesto a usar la violencia y la delincuencia sin ningún límite” Dijo nuestro presidente.
El Teniente Coronel entró en la sala, mientras nosotros, todos cabos, alistábamos nuestros fusiles por órdenes del Suboficial Mayor.
-¡Firmes! – Gritó el Teniente Coronel, con un tono duro y frío. Rápidamente nos pusimos en fila, con el fusil descansando, la mirada hacia el horizonte y una postura erguida.
-Jóvenes soldados, hoy vivimos una situación de crisis, el país está siendo devastado por el enemigo y depende de nosotros mantener la paz. ¿Están preparados para demostrar su valentía como soldados?
-¡Sí mi coronel! – Gritamos todos al unísono.
-¿Están preparados para defender la soberanía chilena de las influencias extranjeras?
-¡Si mi coronel!
-¿Están preparados para dar la vida por Chile?
-¡Si mi coronel! – Volvimos a gritar. Me atreví a desviar un segundo la mirada para mirar al resto. En sus caras no veía la misma seguridad de sus palabras. Vi miedo, nerviosismo, euforia. La cara del Toño era diferente sí; vi excitación, una felicidad un poco psicótica, un…
-¡Avilés! – Me recriminó el Teniente Coronel. -¡No son momentos para perder la concentración! ¿Acaso crees que el enemigo va a bacilar cuando los enfrente?
-¡No mi coronel! – Le respondí con fuerza, no podía hacer otra cosa, o me lo harían pagar caro.
Una vez terminada la “charla motivacional”, nos subimos al camión del ejército y nos dirigimos hacia la ruta 5, a las afueras de Curicó. Me senté al lado del Toño, que limpiaba su fusil con determinación.
-La media caga que está quedando weon –Le dije.
-No sé yo, hace rato que quería probar esta belleza de arma afuera del cuartel.
-¿No te preocupa a lo que nos vamos a enfrentar? El presidente dijo que estábamos en guerra po weon, que pasa si hay weones con pistolas hechizas esperándonos.
-En ese caso tení que disparar primero nomas, si acá el mas vioh sobrevive.
-Deberían habernos dicho algo más, como se organizan, a que líder responden, que tipos de armas usan o no sé, creo que quizás ellos tampoco saben mucho más.
-No hablí weas, ¿tu creí que Piñera iba a decir que estábamos en guerra si no supiera a quien nos enfrentamos? Deja de ser tan maricón y agarra el fusil con fuerza mierda, que para eso nos metimos al ejército.
Yo no en realidad. Vine porque salí llamado y no tuve ninguna forma de sacarme el servicio. No quería estudiar nada y tampoco había trabajado antes. Pensé que quizás podía estudiar algo aquí, así no me endeuda. Además que me aseguraba una buena pensión y beneficios si me quedaba más tiempo, pero nunca pensé vivir esta situación.
Al llegar al lugar asignado, bajamos y nos ubicamos estratégicamente alrededor del camión. Rodilla al piso, apuntando hacia adelante. Mientras hacía esto pude ver al enemigo. Eran personas con caras descubiertas y ollas en las manos, gritaban consignas y nos pedían que nos fuéramos. Había mujeres, incluso niños, no había ninguna guerra. Sentí que se me desanudó el pecho. Miré al Toño, que apuntaba con decisión.
-Oye weon anda tranquilo, hay puras familias acá nomas weon - le dije, pero él estaba absorto en su mirilla. De pronto sentí un golpe en mi hombro, una piedra que no me provocó mayor daño. Enseguida miré al Toño y noté que tenía una pequeña herida en la frente, pero eso era lo de menos. Su cara se transformó, se llenó de odio y determinación, de repente me di cuenta.
-¡Toño no…! -Antes que pudiese acercarme, sentí tres disparos secos y un estallido de fuego.
Todas las personas protestando salieron corriendo aterrorizadas, salvo una, que estaba tendida en el suelo. Por la luz de las barricadas pude ver el charco de sangre que se formaba bajo él.
No sé qué me repugnó más en ese momento; la falsa guerra que nos hacían pelear contra personas indefensas, el cuerpo sin vida cuyo asesinato fue perpetrado por mis propios compañeros, o la cara de satisfacción del Toño luego de disparar. Él se puso del lado de los poderosos y peleó su guerra, cobrando su primer triunfo, asesinando al pueblo chileno.
En memoria de Jose Miguel Uribe Antipani, asesinado por el estado chileno en democracia, 2019.
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