Son muchos los que hoy, en pleno siglo XXI, siguen huyendo de sus ciudades pequeñas y de sus pueblos con la esperanza de llegar a la “Gran Ciudad” con el fin de encontrar allí su lugar en el mundo y empezar a luchar por esos sueños que se trajo en la maleta y le inculcaron el valor necesario para iniciar el viaje. Yo, como muchos otros antes y después de mí, inicie este viaje el pasado Octubre, momento en el cual abandone la ciudad que hasta ese momento había sido mi hogar, Cartagena, para mudarme a Madrid con la intención de iniciar una vida en común con mi pareja y para comenzar a luchar por esos sueños que me traje en la maleta, estaba ilusionado y dispuesto a derramar sangre, sudor y lágrimas para alcanzar mis objetivos, pero la realidad volvió a hacer de las suyas.
Llevo cerca de 7 meses rodando por Madrid, haciéndome al estilo de vida de una ciudad que está viva y en continuo movimiento, he descubierto sus calles, plazas, parques, librerías, cafés, y del amplio repertorio de actividades culturales que nos ofrece una ciudad mágica como esta. Sin embargo, y aquí comienza el lado menos idílico de la historia, Madrid tiene, a mi parecer, un gran problemas con el empleo, ofreciendo a los recién llegados una gran cantidad de ofertas basura de trabajo, ya sea por el número de horas, por el salario, por el trato que recibe el personal, por ser totalmente a comisión, etc. Todo esto hace que me pregunte ¿a quien ampara el Estatuto de lo Trabajadores? ¿que ha pasado con los empleos de calidad?
Todo esto se ve agravado si tenemos que el coste de la vida en Madrid está subiendo cada vez más, los alquileres están por las nubes, con respecto al transporte público, si estás entre 26 – 64 años, vas jodido, con tarifas excesivamente elevadas, como si el hecho de pasar de 25 a 26 años hiciese que tus ingresos aumentarán de repente. Por si no fuese suficiente, también hay que hacer frente a las distintas facturas, el alquiler, las compras semanales, y siempre es conveniente tener un fondo para cualquier imprevisto.
Los bares, restaurantes y el ocio en general tiene unos precios muy por encima del resto de España, para los que venimos de fuera, los precios de Madrid nos parecen desmesurados, con estos precios se hace imposible poder disfrutar plenamente de todo lo que nos ofrece esta mágica ciudad, y esto te hace sentir una sensación de que estás incompleto, de que solo vivimos para trabajar y nos dan lo necesario para que tengamos que estar trabajando mes tras mes sin poder disfrutar de aquello que tanto esfuerzo nos cuesta conseguir.
Volviendo al tema que nos ocupa en este artículo ¿como un recién llegado va a perseguir sus sueños? si en el mejor de los casos encuentras un empleo basura con sueldo que solo te da para ir sobreviviendo mes a mes, que te limita a seguir dependiendo de un empleo, que no te ofrece la posibilidad de alimentar sus metas y objetivos. Este artículo no es para deprimir a nadie, ni para quejarse por quejarse, es para apoyar a todo aquellos que a pesar de las dificultades decidieron enfrentarse a todas las dificultades, seguir para delante y luchar por sus sueños, porque si no cuidamos nuestros sueños el día de mañana perderemos la perspectiva de por qué iniciamos el viaje, ¡LUCHA Y RESISTE! que todo, si todo se puede lograr.
Inconsciencia del Consumismo: 1. Consumo desmedido