Esto es lo que hay, la cruda realidad de lo que hay en España.
Desde pequeño te inculcan: unos valores, unas ideas, una forma de pensar, y sobre todo, y más importante, la pregunta típica
¿Oye Manolito, y tú que quieres estudiar?
Pista: Manolito no sabe lo que quiere con ocho años. Su máxima preocupación es que no se le vaya la luz de casa mientras echa unas partiditas al Fornite.
Dejen de presionar a los críos.
Incluso yo, con dieciseis años aún no sabía ni que me gustaba, a los diecisiete me decante por el arte, a los dieciocho decidí lo que quería y a los diecinueve…
“PAM” (chute de realidad).
No tengo ni veinte años y ya me he dado cuenta del chiringuito que tienen los de arriba montado.
¿Quieres sacarte una carrera? De acuerdo. Mire, usted.
Usted va a estar estudiando más de cuatro años para encontrar un trabajo acorde a sus gustos personales, y lo que realmente, usted no sabe es que cuando entre dentro del sistema laboral, usted va a arrepentirse de haber malgastado tanto tiempo en alimentar monetariamente a un sistema que encima no le va a proporcionar ninguna ayuda para insertarlo en el mercado laboral.
Eso sí, va a entrar en una infinita bolsa de empleo que lo único que va a conseguir es que te canses de esperar y quieras cruzar la mitad y la otra parte de Europa para no volver más a España.
Bueno, vale, ya lo pillo… Es difícil, ¿entonces porque no hago un grado, curso o certificado similar?
(¿Escuchas esa risa?) Son los demás países riendose de nuestras esperanzas de triunfar en el sistema educativo y empresarial español.
Pues mira, Manolito, a ver como te explico esto…
Resulta, que esa tampoco es la salida, a ver, en España, hay una cosa muy maravillosa que a poco nos han contado y se llama “enchufismo” y esta palabra tan rara, que no tiene nada que ver con el grado de informática que has hecho para poder trabajar, significa que si no eres primo de Rafael, el vecino, no vas a trabajar en tu miserable y efímera vida.
Lo siento Manolito, se tuvo que decir, y se dijo. Como dicen.
Conclusión final de esta historia:
Haz lo que quieras, dedicate si tienes dinero a lo que quieras, y si no, pues haz como yo, y al menos echate unas risas, ya que no tienes poder de cambiar nada, ríete por lo menos.
Que como dijo el sabio Charles Chaplin, un día sin reir, es un día perdido.
Ámen.