Nos encontramos en una época en la que solo tienen lugar los nuevos talentos, o aquellos que sin ninguna experiencia son cautivados con la promesa de crecer profesionalmente y asegurarse un futuro mejor.
Y qué pasa con los que durante años han acumulado experiencia, horas de dedicación, fracasos, éxitos, conocimiento?
Nada, eso pasa. La triste realidad a la que se afrontan miles de personas mayores de 45 años que hoy buscan empleo. No importan los títulos, la formación, la capacidad, eres MAYOR.
Escuchamos discursos demagogos que van a sacar a un país adelante, pero a la hora de conseguir trabajo resulta que no existe la oportunidad para quienes hace más de 25 años vienen aportando su esfuerzo para sostener una sociedad que hoy los discrimina por la edad.
Por eso me pregunto, y ahora qué?
Le pedimos a la madre naturaleza que nos devuelva la juventud, o tomamos conciencia que para forjar un futuro mejor hace falta la sapiencia de los que ya vivieron.
La decisión está en nosotros.