Hoy me siento una vez más a escribir desde cero, esperando nuevos cambios, una nueva perspectiva. Crear una nueva yo, capaz de ver la belleza en las pequeñas cosas, de ver el amor en las personas y creer en ellas. Observo la naturaleza, ella me guía, me inspira, me relaja. Dejo atrás todo tipo de ansiedad y preocupaciones y me ocupo en el hoy y en el ahora esperando que eso cambie la forma de pensar acerca de mi y de las cosas que me rodean.
Amar hasta no poder más. Amar a mis amigos, a mi familia. Pero sobre todas las cosas a mi misma. Porque si yo no me amo nadie lo va a hacer. Ser capaz de ver la vida con otros ojos, cambiar, volar con mi imaginación hacia aquellos lugares que me traen paz. Recordar las cosas buenas, a las buenas personas.
Alejo todo sentimiento ajeno a mi felicidad y por fin soy libre. Recuerdo mi niñez pero las cosas buenas de ella. A mi abuelo, la persona más importante de mi vida, quien me hace emocionar cada vez que lo nombro. Sentimientos que me invaden y logran algo nuevo en mi, algo que jamás experimenté, me envuelven y hacen que me sienta bien, en paz.
Vivo aferrada a los malos momentos como si aquellos tuvieran algo que ofrecerme pero no es así. Nunca fue así. Solo hacen que me hunda, que no logre salir de este malestar en el que estoy constantemente. Mi pasado fue duro pero no puedo hacer nada, solamente utilizarlo como una herramienta para seguir adelante. Sobreviví a cosas horribles y hoy sé que no fui la culpable de ellas.
Hoy me aferro a mi familia, mis amigos, esperando que ellos sean la herramienta que me ayude, que me sostengan para poder salir de todo lo que me hace mal.
Sexo en Crisis