Todos nos dicen que la emoción es algo normal, que la emoción es algo que es parte de todos nosotros. Algunos, sienten más, otros, sienten menos. Pero, sin dudarlo, sienten.
Es muy fácil decirle a alguien que supere la emoción que lo abruma, es muy fácil desconectarte por completo del sentimiento y decir, “la superarás” o incluso “no pienses en ella”, “no pienses en eso”, vaya, si fuera tan fácil no tendríamos tantas películas románticas, donde el protagonista encuentra al amor de su vida y descubre la agridulce mezcla entre amar y sufrir, muchas veces juntas de la mano, y muchas incluso, lo mismo.
Y es que, desconectarse y decirle a alguien que no sienta requiere de una gran ignorancia respecto a quienes somos como sujetos. Si quisiéramos desconectarnos de nuestras emociones, no existiría la poesía, la música o el arte. Porque en las palabras de “La sociedad de los poetas muertos: no escribimos y hacemos poesía porque es bonito, lo hacemos porque somos parte de la raza humana”. Y es que exactamente eso, es lo que nos hace ser humanos, esa capacidad de sentir, que no es algo más que una necesidad de todos de sentir apego a alguien más que a nosotros mismos.
Todas, y cada una de las cosas que hacemos tienen emoción, entonces, ¿No creen que decirle a un joven, “no pienses en ella” “olvídala”, “estás mejor sin ella”, es solo echarle más leña al fuego de dolor y frustración que esa persona siente?
La verdad es que definitivamente para “hablar del amor, o se está enamorado, o con el corazón roto, y no sé cuál es peor”, la única forma de ayudar a alguien con el corazón roto, no es desconectándonos y siendo incapaces de sujetarnos a la subjetividad de la otra persona, es siendo capaces de sentir, ahí en el barro con él, lo que esa persona siente, lo que esa persona quiere expresar.
Vivimos en tiempos donde ya la emocionalidad no es vista como algo para mujeres, donde en cada rincón que miramos hay, aunque sea una pizca, emoción puesta por alguien. Entonces, ¿Cuál es el gran problema? Dentro de tanta emoción, la gente busca evitar sentir, creyendo que eso los ayudará, drogas, alcohol y amores sin sentido es la solución que muchos buscan, olvidando que para salir adelante, para curar ese corazón roto, curar ese “mal de amores”, debes empaparte de la hermosa melancolía que sientes, debes aceptar el horrible hecho de que lo que tenías, ya no es lo que era.
Desconectarse, aunque parezca lo mejor, nunca dará solución a lo que sientes, desconectarse solo hace lo inevitable llegar tarde, la emoción es sencillamente parte de ser humano, siempre será así, y cuando no se pueda comunicar la emoción, entonces nos enfrentaremos al fin del mundo, sin emoción no hay vida.