El Niño del Rincón

Esa amiga soledad que escucho sus sueños y lo animo a seguirlos, esa que tu echaste de su vida cuando lo que soñaba “No iba a poner dinero en su mesa” le pedías que fuera como los otros niños, que no se vistiera así, que no hablara así, que no pensara así, le dibujaste un molde cuadrado en la cabeza que se rehusó a utilizar. Sin embargo un día se rindió, ya no soñaba más y el molde se ajustó, lloraba por las noches de tan apretado que estaba, se sentía perdido pero nadie lo escuchaba, ya no había soledad, solo había oscuridad pero ya no la disfrutaba, ya no sabia más que su nombre y le había perdido las ganas a la vida. Su sonrisa estaba desquebrajada y el alma hecha trizas pero cuando podía se le encendía una luz en los ojos y hacía andar el motor de su corazón hasta que otra vez se quedaba sin batería. Esto son solo un montón de analogías escritas por un alma rota que soñó con ser escritor, cantante, compositor, actor, director, se podía decir que era el niño que soñaba con serlo todo y se dejó convertir en nada.