Había rechazado la invitación de mi amigo Gill unas tres veces, principalmente por miedo, miedo a los efectos que el ácido podría tener en mi durante y luego del famoso y mítico viaje. Sin embargo, luego de muchos tutoriales y ahogada en una crisis existencial que parecía no tener salida, decidí aventurarme. Total, ya había consumido muchas veces marihuana, ingerida, fumada y también probada suerte con algunas pastillas como zolpidem que tiene efectos ligeramente alucinógenos.
Además, era LSD gratis y que prometía ser del bueno.
Así que, aprovechando un oportuno feriado, Día de la Bandera, decidí que no había mejor manera que conmemorarlo que con un bien merecido viaje psicodélico.
Me levanté temprano y me fui a Escobar, un pueblito lejano de la capital agitada bonarense, donde podría andar flasheando colores sin la molestia de los policías y la densidad de población de Buenos Aires.
Todo comenzó a las 11, allí comimos unas gomitas con ácido, no sabría decir exactamente qué cantidad, pero por los subsecuentes efectos, podría decir que es aproximadamente un cartón completo. Mientras esperaba el efecto hicimos unas compras en el mercado y tomamos un bus directo a la casa de Gill.
Primer consejo, iba con el estomago casi vacío, solo una manzana y un chocolate que me había comido en el viaje, esto es importante porque el ácido te da náuseas y un malestar estomacal muy particular, que no puedes describir cuando tu cerebro esta siendo alterado de mil maneras. Así que, si vas a consumir, asegúrate de tener tu pancita libre de cosas pesadas.
Mientras viajaba en bus sentí una sensación de malestar estomacal, un ligero mareo, y la mente algo despierta, pero al mismo tiempo ligeramente dormida. Nos sentamos en la sala, frente a un gran ventanal que daba al cielo otoñal, la pc prendida frente a nosotros y unas bandejas de uvas y mandarinas que habíamos comprado.
Había pasado una hora prácticamente cuando comencé a sentir los efectos, todo comenzó mientras mi mirada estaba fija en una uva. Una mera uva fea que se convirtió en el centro absoluto de mi atención, los detalles, la belleza, el color, las imperfecciones naturales, el huequito que quedaba cuando se extraía de la vid… ¡Era pura magia! No puedo describir lo bello que las cosas se hacían, el nivel de detalle.
-¿No te parece esto una uva espacial?- Porque hermanos, realmente parecía algo del espacio, y las mandarinas… ¡Las mandarinas estaban llenas de vida! Cada detalle, cada color, eran como si mis ojos se hubiesen convertido en una poderosa cámara de ultra resolución.
No vi elefantes rosados danzantes ni dragones, los visuales del LSD son como si todo se viera increíblemente nítido. Eso sí, el viaje es altamente controlado. Yo temía la pérdida absoluta de conciencia, lo cual nunca pasó, tenía la claridad mental para calmarme y respirar profundo, cuando el trip se hacía muy intenso.
Consejo importante número dos, tienes que estar en una zona segura, sin personas cerca, donde puedas hacer justamente eso, relajarte, porque el LSD pone tus sentidos a flor de piel, conectados y muy sensibles. Recuerdo que probando entre canciones, puse Bohemian Rapsodia, y esa canción melodiosa en la vida normal, me resultó estridente e insoportable, haciendo el trip incómodo.
A medida que pasaban las horas, el viaje se hacia intenso, con picos y luego agradables bajadas. Con el disco de Fuerza Natural de Cerati de fondo y mirando el cielo tuve por primera vez esos flashes de colores, el cielo azulado se teñía de rayos transparentes y un leve morado, hermoso. Todo esto enmarcado en una sensación de paz y conexión con el mundo y una comprensión dulce de mi existencia.
Corporalmente te sientes relajado, como si te pesara el cuerpo, pero al mismo tiempo despierto, sensible, como si hubiese tomado mucho café. Pero distraído, recuerdo que me costaba escribir y encontrar digamos una canción dentro de un álbum, leer…ese tipo de cosas.
Las imágenes se movían solas, eso sí, eran los típicos efectos que uno ve cuando pone ilusiones ópticas, parecía que se movían o cambiaban solas.
Mi crisis existencial se iba resolviendo a medida que hablaba y reía con mi amigo, era como si por un instante mi mente hubiese comprendido la mortalidad y la finitud de la vida, y que el pasado y el provenir fuera fácil de descifrar. Podía comprender las cosas y mis deseos que generalmente estaban ocultos bajo una rara bruma de precondiciones y dudas.
Luego de 6 horas el trip comenzó a bajar, delicadamente, no súbitamente, en mi viaje en bus de regreso sentía mi mente en paz, en conexión con el mundo. Las cosas se pusieron un poco incomodas cuando en ‘subte’ (subterráneo, metro) trataba de no hacer contacto con la gente para que no vieran mis pupilas aun ligeramente dilatadas jajaja, aun me sentía un poco cósmica y temía que se dieran cuenta.
Me costó dormir un poco, la mente se mantiene muy despierta y divaga en cosas, pero al otro día estaba lista para trabajar.
En conclusión:
1. Ve sin comer o vas a vomitar.
2. Toma tu viaje en un sitio solo o seguro, preferiblemente acompañado de algo
3. Descárgate albums como Fuerza Natural de Cerati, Abbey Road de The Beatles, Animals de Pink Floyd.
4. Ten frutas a la mano.
5. Ve con la mente despejada, no te lo recomiendo si estas deprimido o pasando un mal momento.
6. Apaga el celular, no estarás en buen estado para responder llamadas o hablar, por lo menos no en las primeras horas.
7. El pico se da a las 2 horas.
8. No mezcles con marihuana, al menos que quieras que el efecto sea mas potente, yo no lo hice por que fue mi primera vez.
9. No vayas a conducir ni de coña.
10. Pásala bien y libérate de todas tus dudas.