Batallé con monstruos y dragones, solo para salvarla.
Dijo el caballero.
Donde está? preguntó uno, donde está la princesa? preguntó otro.
Él calló por un segundo, su espada resplandecía sobre su armadura, la sangre que alguna vez había sobre aquélla espada, cargaba un enorme peso sobre su consciencia.
Ella había amado al monstruo que él había matado. Aún en ese estado se preguntaba constantemente, por qué? lo había hecho, la respuesta llegó a su mente tan rápido como la sangre derramada esa noche; quizás…. lo que él veía no era lo que ella apreciaba.
Suspiró miró hacia el oscuro castillo que se alzaba sobre el horizonte, pronto prosiguió.
Cuando llegué me di cuenta, que ella no necesitaba ser salvada. Ya había encontrado lo que le arrebaté, un amor, un príncipe, una vida.