Hace tiempo comencé una suerte de relación con un chico, lo llamo así porque no hemos formalizado nada ante los demás, sin embargo, él y yo sabemos qué tenemos y las condiciones en las que estamos.
Claro está, cada vez que teníamos discusiones fuertes o algún problema, yo corría donde mis amigas a desahogarme y contarles por qué me sentía mal (como lo harían la mayoría de las mujeres) y puedo decir que ese fue un grave error. O quizás el error fue el escoger con qué amigas me desahogué. Podría decirse que la relación se tornó tóxica (es un término que ya está demasiado de moda y procuraré no usarlo más), y con el tiempo mis amigas empezaron a sentir cierto desagrado hacia el chico (y no las culpo por eso) y, por ende, cada vez que les comentaba algo nuevo ya no sentía respaldo sino todo lo contrario.
No quiero sonar mal agradecida. Claro que no. No obstante, sus comentarios comenzaron a ser hirientes de cierta forma al punto donde comentarles algo me resultaba incómodo, por lo tanto, ya no lo hacía.
A pesar de todas las situaciones mi relación con el chico seguía manteniéndose y no es un secreto que estoy enamorada de él y tampoco es un secreto que mis amigas no lo aprueban y sugieren constantemente que termine con él. Entonces, he aquí la pregunta… ¿Debo terminar con él? ¿Qué harías tú en mi lugar? ¿Has estado en una situación similar?
Quizás no vayas a considerar mi consejo como válido, es probable. No importa, sólo tómalo como una sugerencia.
¿Lo amas? ¡Entonces no lo dejes! No permitas que los demás tomen decisiones sobre tú vida, muy a pesar de que quieran lo mejor para ti. Escucha los consejos, pésalos, toma lo bueno y desecha lo malo. No puedes vivir a la espera de que los demás opinen sobre tu vida porque te recuerdo que es TU VIDA. Si son tus verdaderas amigas estarán para ti, para apoyarte en todo momento a pesar de que tomes las decisiones equivocadas. Y en cuanto a ese chico, no te quedes con el pesar de que pudiste haber dado una milla extra más por esa relación y no lo hiciste. AMA CON TODO.
La huaycheña