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La dieta del depresivo

C. F. Otárola Concha C. F. Otárola Concha Seguir Jul 31, 2019 · 1 min lectura
La dieta del depresivo
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La verdad es que no tengo dieta, porque simplemente no me apetece comer.

Cuando me masturbo, lloro.
Cuando veo películas, lloro.
Cuando escucho música, lloro.
Cuando me voy a dormir, lloro.

Creo que ahí recién empieza mi “pseudo dieta” y tomo un vaso de agua.

Sólo, sin nada, en una pieza donde a penas cae una cama.
Trato de ordenar la ropa, estoy mintiendo, si entraras a mi cuarto, parecería una exposición en un museo de arte moderno.
La verdad me criaron acomodado, con todo a mi alcance, siento que fui mimado sin quererlo.

Estoy deshidratado, salgo afuera y fumo un cigarro.
Pastillas, si, aquellas capsulas que son un festín para cualquier persona que se somete a ser dopada.

A mí un día se me soltaron de las manos y fueron a parar al WC accidentalmente, bueno, mentí nuevamente, las boté, pensando en que podía superarlo solo, y aquí estoy, escribiendo esto para tratar de vivir y ser leído.

Pasan las horas, ojos inchados, estoy acabado y esto se acabó.

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C. F. Otárola Concha
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