Hola amor, ¿cómo te sientes?
Se nos a dicho que vinimos a este mundo para cumplir un rol definido…
Para encontrar todo aquello que no se nos a perdido.
Para ser lo que debemos y no lo que realmente somos…
Para cumplirle las expectativas a la familia y de paso a una sociedad dañada con la misma mentalidad…
Para cubrir los miedos y la inseguridad con fama, dinero, un cuerpo escultural, una casa, un carro y tal vez hijos que reparen nuestros errores…
Y miedo y más miedo a no tener razón de vivir o existir…
Se nos ha mentido en la cara, y apuñalado por la espalda…
Se nos ha dicho que la felicidad no existe y que tal vez podríamos buscarla debajo de las piedras que nos desgarran nuestros pies tratando de soñar algo que sólo aparece en los cuentos de hadas…
Y ¿si te dijera que está ahí justo en frente de ti?
Que está en ese lugar en el cual nunca habías buscado…
-si quieres podemos comenzar justo allí-
Delante del espejo entre esas ojeras cansadas, entre esas pecas marcadas, entre esas partes que no deseamos que sean notadas, aprender amarlas sin reprocharlas, esos detalles únicos y singulares…
Tan tuyos, tan nuestros, tan adorables cuando los enseñas con una sonrisa de luna enamorada…
Continuamos…
Justo ahí adentro de tu cabeza, la que resuena con ideas en cadena, de la decadente realidad y cada uno de tus prejuicios carcomiéndose todos los rinconcitos que los niegan…
Ahí justamente, cuando los detienes y comienzas a darte cuenta que la realidad que tanto te aferras y te enferma, está siendo fabricada por unos ojos enfermos… tus ojos, que no dan paso a lo verdadero y al desapego…
Cuando dejas de etiquetarlo todo… cuando bailas, cuando ríes, cuando luchas por los sueños, cuando no te rindes… ahí nos acercamos mucho más…
Pero no, todavía no llegamos…
Sólo hasta cuando te adentras más en tu cuerpo… más adentro en tu mente… llegando a esa parte olvidada y no consciente…
Cuando nos olvidamos que somos un cuerpo, cuando nos alegramos ante la vida y la sentimos… la vivimos, no nos aferramos a las palabras, a las expectativas…
Cuando dejamos que pase lo que necesitamos para crecer… cuando no obligamos a nadie a comprender, cuando nos es suficiente el simplemente saber y “SER”
Abre hoy las alas de tu alma y déjalas caer…
Y así cuando estén listas, puedan volver a volar libres y dejar atrás todo aquello que pensamos era nuestra realidad, para trascender a una nueva, llena de todo aquello que por miedo no lo dejábamos fluir y ser.
La paz se encuentra debajo del miedo, la culpa y el sobrepensar las cosas…
Debajo de esas piedras que preferimos no remover…
KHB
Ella...