literatura,

Veintitrés escritos en tu nombre

Bri Acevedo Bri Acevedo Seguir Aug 11, 2019 · 1 min lectura
Veintitrés escritos en tu nombre
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Dejé de tocar tu cabello.
Hace tiempo que no me permito rozar tu desastre color azabache,
la última vez que intente hacerlo, el dolor casi acaba conmigo.
Sentía punzadas en el corazón justo en el momento en el que creía que no podría sentir nada otra vez, no por un tiempo, al menos.
Sufrí tanto para olvidarlo, para olvidar un amor que no fue correspondido y que tuvo un dolor estrepitosamente amplio y tu llegas, como quien visita un lugar nuevo, agradable, se queda, deja huella y parte.
Aprendiste a decir “adiós” más rápido que cualquiera.
Llegabas, mirabas a todos y dabas abrazos por doquier, y cuando llegaba el mío jamás lo esquivaba, es más, en secreto lo esperaba. Pero eso no duró mucho, en un abrir y cerrar de ojos te ibas, siempre acompañado, siempre de su mano.
Tal vez ignoré eso para no sufrir,
tal vez no vi como, si no eran sus dedos, se entrelazaban la mirada y siempre juntos se encontraban.
Tal vez debí escuchar y no permitirme amar,
tal vez algún día llegue el amor de verdad
y solo espero
rezándole a las estrellas
que sea tu nombre
el que suspire al verlas
y esta vez,
solo esta vez
tu suspires el mío
y no el de ella.

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Bri Acevedo
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