Aquel viaje tan largo que nos disponíamos a realizar mi familia y yo, solo el hecho de que mi padre insinuara un viaje de tal magnitud hacia que se me erizara la piel, ese sería el momento perfecto para reflexionar, pensar y viajar aunque sea por un momento a un recuerdo de pequeño que tanta gracia causaba en mí. Ver como el viento hacía bailar los arboles sin ningún esfuerzo aparente, en cierto punto del viaje pude sentir como me separaba de mi cuerpo y me perdía en mis propios pensamiento y a la misma vez ahí… sentado con mis padres pero con una mirada fija hacia la ventana mirando el horizonte, observando como un gran sol se ocultaba tras una montaña; inmerso en aquel sueño que tanto tarareaba mi cabeza y el cual no podía dejar de pensar. Tristemente el viaje se acaba y todo vuelve a ser como antes, un gran choque con la realidad.
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