«Las drogas están cambiando. Incluso los hombres y las mujeres están cambiando. Dentro de mil años ya no habrá tíos ni tías, sólo gilipollas.» Y sí, vamos camino de ello a pasos agigantados. Acelerad más la marcha que ya se ve la meta.
Estas “optimistas” palabras se dijeron en el 96 -tomo como referencia la película y no la novela; considerarlo como un acto de benevolencia- y hoy, 2019, son muy pocos los que sin llegar a los 30 sabrían la referencia, pero ¡alabado sea Google y Youtube! Ellos nos absuelven de nuestra ignorancia.
Hoy en día se han ido a juntar una serie de fenómenos cuanto menos curiosos: a la desastrosa situación de la clase obrera se le suma el incremento de gilipollas por metro cuadrado -nosotros/as, los guapos/as y listos/as, vamos camino de morir extinguidos- que muchas veces no saben ni hablar.
Influencers, youtubers y booktubers, ¡gracias por haberos sabido aprovechar del nivel de mediocridad y podredumbre intelectual! Hay por ahí unos tíos de unos 22 que llevan camisetas de Ramones, Nirvana y Guns N’ Roses escuchando reggaeton. Y alguien derrama un Energy en la tumba de Bukowski. Los hipsters están siempre con la Broma en su puta boca y lo que es una broma es que ni han pasado de la tercera hoja de la Broma, si es que se han acercado a ella. Y las chicas no saben llevar su decadencia física y mental -toma niña y cómprate un elegante vestido en Desigual para vestir tu decadencia con gracia.
Los camellos, pero ahora exigen ser llamados: «asesores drogomerciales» pasan su ubicación por Whatsapp y Google Maps; ya no tienes que salir a buscar. Y el amor se está muriendo de inanición en la época de las aplicaciones para follar, pero tranquilos/as las empresas lo salvarán: Ya es San Valentín en el Corte Inglés.
Los Macrofestivales se levantan sobre los cadáveres de tus poetas favoritos muertos y allí nos sobra esa biblioteca; es más rentable un puticlub o un Zara.
La música y la literatura ya no son lo que eran: muchos/as gilipollas aspirantes a músicos/as y escritores/as sin nada que decir. Una gran técnica y ni un mensaje profundo, ni superficial, que haga pensar porque no queremos pensar. Y mientras tanto las horas extras que no te pagan, la nocturnidad y la festividad que tampoco la ves en la nómina y date con un canto en los dientes si no tienes que jugarte la vida por unos 885 al mes.
Así que yo por si acaso me agencio un bate. Beat on the brat with a baseball bat.
Atentamente,
Un tipo cualquiera.
Mujer, toma el control de tu vida