La mujer, un arte de admiración.
La rosa, un sinónimo de su belleza.
Su sonrisa, la alegría de cada mañana de un hombre al despertar.
La mariposa, la representación de su libertad y respeto.
La flor, tan suave y tierna como su amor.
El aire, tan necesaria como su compañía y su compresión.
El agua, el manantial de nuestro vivir y la frescura de su existir.
Sus ideas, de muchas han cambiado el trascurso de la sociedad.
No es un ser de desprecio y tampoco de segunda posición,
Son alegría, personas igualitarias de un existir y de un mejor futuro.
No son menos, han demostrado ser mejores que el mismo género masculino.
La violencia no solo es el maltrato a la mujer,
Es dejar a un lado la superioridad, dejar de creer en un género débil.
La humillación de no creer en la oportunidad de un avance,
En el empleo, deporte o cultura.
Hombre o mujer,
Dos personas que son el complemento de una misma creación.
Dos seres con la misma capacidad de amar y ser amados.
Dos seres que pueden competir por sus habilidades y conocimientos,
Sin que haya una discriminación, un rechazo por género,
O a una sociedad a creer en la debilidad con el simple hecho de ser mujer.
Mujeres, una lucha por un pueblo igualitario,
Un género, libre de opresión y rechazo.
¡BASTA!
Somos iguales, un alma y un derecho que proteger.
Nos diferencia un órgano sexual,
No las acciones, actividades que hacemos, por igual podemos resolverlas.
Apoyar la igualdad, no debilita mi género,
Decir que son menos que nosotros,
Es rechazar una creación al mismo Dios del cual tú crees.
Continuará…
La Flor que Amaba el Fuego