Cada año después de acabar nuestras vacaciones veraniegas, vemos publicados artículos sobre el llamado “síndrome o estrés postvacacional”, aunque los expertos en psicopatologías y médicos no se ponen de acuerdo si existe o no este síndrome.
Los síntomas que se describen se asemejan a los de las depresiones, pudiendo ser físicos como notar cansancio, dolores musculares, falta de apetito, etc. y psicológicos como tener dificultades de concentración, estar irritados con los otros compañeros de trabajo, tristeza, desánimo, insomnio ….
Pero debemos tener en cuenta que la mayoría de estos síntomas suelen durar entre 1 o 2 semanas después de volver al trabajo.
Algunas recomendaciones para facilitar nuestra reincorporación son:
- Ser positivos como paso más importante: Aceptar que es normal que después de unas vacaciones con horarios más flexibles, descansar o haber viajado a otros entornos, es normal que necesitemos unos días para adaptarnos otra vez a las rutinas de actividades y horarios más rígidos.
- Afrontar las primeras jornadas laborales con tranquilidad: programando objetivos más fáciles de conseguir. Incluso puede ser conveniente empezar a trabajar un miércoles o jueves en lugar del lunes. También es interesante estar en casa un par de días antes de ir a trabajar para recuperar las rutinas y exigencias de los horarios.
- Realizar otras actividades: Hay que valorar que aparte de la jornada laboral debemos tener tiempo para estar con la familia y amigos y practicar algún deporte. La actividad física ayuda a reducir el estrés y la monotonía laboral, además de ser beneficioso para la salud.