En la actualidad es imposible apoyar a un partido político, porque siendo perfectamente honestos, sabemos la cara del Poder Ejecutivo, en realidad es un personaje supeditado a intereses económicos y políticos mucho mayores.
Sin embargo, dentro de esta realidad global no está demás cuestionarse ¿Cuál es el bien mayor? O por lo menos ¿Cuál es el mal menor?.
Vivo en Bolivia, que solía ser uno de los países más pobres de la región, en el que la desigualdad social era una realidad cotidiana y donde las necesidades de los “cholos” eran tan ignoradas, que las marchas, paros y bloqueos se habían vuelto el pan de cada día, reflejando así, la inestabilidad política de la época republicana.
Hoy en día, somos el país con el mayor crecimiento económico en la región, y si bien existen muchas decisiones cuestionables del gobierno, es innegable que se redistribuyó la riqueza como nunca antes en la historia del país y se empezó a prestar atención a las necesidades del pueblo, no solo de las élites.
Y así, viendo otros casos como Argentina… solo puedo llegar a la conclusión de que el “mal menor” siempre va a ser la izquierda, aunque la sociedad ideal sea anarquista.