Encontrarse en la oscuridad, despierta y aviva los sentidos, el que camina a ciegas es capaz de tocar con los oídos y mirar con las manos, encontrarse de frente con un océano de adversidades en un valle de sombras se puede ver como una bendición, sólo así el humano puede ver de lo que es capaz y ver que tan fuerte es para superar el difícil camino y salir así del más retorcido laberinto.
Encontrarse bajo el abrigo de la soledad despierta la imaginación y te enseña abrir nuevos caminos, el que va tomado de la mano con la soledad como una dulce compañera es capaz de ver más allá de la mirada punzante de los horcos y de las bestias; es capaz de crear ríos de agua viva y alzar puentes que pueden cambiar su propio universo y también el de otros.
Encontrarse con la visita ajena de la muerte te muestra lo valioso, pero también insignificante de este momento de tiempo y espacio llamado presente, el cual debe ser aprovechado en su máxima expresión, el que abraza a la muerte como algo tangible y real que puede suceder en cualquier instante de la cronología del tiempo tiene el poder de entender, disfrutar y sacarle provecho a cada partícula, átomo y célula de este organismo llamado vida.
Penuria, miseria, pobreza, necesidad, adversidad, oscuridad, soledad y muerte son algunas palabras a las que tememos y odiamos oír, de las cuales detestamos y no queremos vivir bajo ninguna circunstancia, sin embargo tienen el poder de sacar la mejor parte de nosotros, nos enseñan la magia de la humildad y a encontrar nuevos caminos, atrévete a jugar al arte de la guerra en esta vida sin temer a las adversidades solo así te puedes acercar por momentos a la errante paz y así evolucionar como algo más.
Ser un ave