En pocas palabras no es muy difícil dilucidar el porqué del malestar social Chileno actual, y no hace falta ser un gran filosofo, antropólogo, abogado o sociólogo, para denotar cada una de las partes del origen de este denominado estallido social. En primer lugar debemos hablar de la falta de representatividad política en dos de los tres poderes del estado (Ejecutivo y Legislativo), no sólo por la baja participación en los procesos de elección popular, sino también por la baja tasa de militantes del total nacional.
En las últimas votaciones (es decir, en las que salió electo el actual presidente Sebastián Piñera Echeñique), hubo una abstención del 46% aprox. Según el mismo órgano encargado del conteo. En pocas palabras, el hecho de que estos participaran y dejaran su voto en blanco, hubiese sido suficiente para denotar esta desconexión entre la clase dirigente y quienes son dirigidos, generando un estanco, debido a que nadie conseguiría la mayoría necesaria para salir electo, pero de ahí viene el segundo gran problema… La poca cultura cívica del Chileno promedio. Lo anterior no es casualidad, considerando que al plan general de estudios básicos y medios, se le eliminó educación cívica, y se integró de manera paupérrima, al plan de estudios de Historia y Geografía (sólo en la enseñanza media), y a ello anexarle la baja lectura del Chileno promedio, es lógico que tu general de población se volverá más y más ignorante al pasar los años. Ahora los problemas de la calidad de educación, de los planes de estudios mal planteados, y de las fugas de recursos estatales, que debiesen de estar encaminados hacia estos problemas, no son realidades menos patentes, pero si pasan a ser casi un segundo plano, a la hora de la responsabilidad propia por el gusto al estudio.
Cómo último anexo, ya que sólo se están entregando títulos o tesis al malestar y no los estoy desarrollando demasiado, hace falta decir y mencionar el problema más grande a mi parecer, y que se desglosa en dos; por un lado tenemos un sistema económico que favorece a unos pocos a lo largo de los años y por otro, políticas y leyes que perpetúan este modelo de lo manera casi imperceptible al “cives” que camina por las calles (hasta ahora), ya que existen un sin fin de beneficios para la gran empresa a la hora de establecerse en este país, o con respecto a su cuota de impuestos, no así para la mediana y pequeña empresa, la cual sufre las penas den infierno al incumplir con algún papel, tal es así con la declaración anual al SII (Servicio de Impuestos Internos), la cual de tener algún error, incurrirá en un delito o falta, punible por el estado, esto corre para todos, pero la gran empresa tiene el beneficio del dinero, los contactos y el poder político que ella misma financia.
Ahora, sobre las leyes y las políticas que benefician a unos pocos, hace falta leer la Constitución Política de la República de Chile, para darse cuenta en su artículo 19, y en algunas LOC (Leyes Orgánicas Constitucionales), hay un beneficio implícito y a veces directo a quienes tienen mayores recursos, así como en el Código de Aguas para las mineras.
¡Despierten!