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Puede que este artículo genere cierta controversia, cada quien es libre de opinar lo que quiera; sin embargo a veces viene bien hablar desde la razón. En lo personal, me considero atea. No creo que ninguna religión deba privar tus derechos o sentir la libertad de juzgar los actos de nadie. Ya que a fin de cuentas, quien te juzga (hablando en nombre de la deidad) es una persona como tú, que comete errores, que siente, que padece…Que no es perfecta.

Casi toda mi vida he estado en colegios religiosos, no por la religión en sí, sino porque la educación es mejor. Sin embargo había cosas que yo no entendía: por ejemplo, una vez, llevaba puesto un pañuelo en clase porque hacía algo de frío. El profesor me exigió que me lo quitara alegando que lo que yo llevaba era un pañuelo palestino y que era un insulto. Yo solo veía un pañuelo, el cual estaba usando porque hacía frío. Esto solo me hacía ver el sin sentido de la religión, ¿no se supone que defiende la tolerancia?

Durante mucho años, la religión ha formado parte de las personas de alguna u otra forma. Hemos creado seres omnipotentes para dar explicación a aquello que no entendemos. ¿Por qué llueve? ¿De donde sale el sol? ¿Y la luna? ¿Como hemos llegado aquí? ¿Por qué hay tantas epidemias? A esto solían responder que era un castigo divino… Un ejemplo claro sobre esto es lo que sucedió durante la Inquisición. La caza de brujas. Con ello, también se llevaron por delante a los gatos, a quienes culpaban de ser los fieles servidores de estas “brujas”. Esto dio pie a que las colonias de roedores crecieran al no haber depredadores, lo que a su vez provocó la peste negra, la cual era transmitida por los parásitos de estos animales. Esta pandemia acabó con la vida de 20 millones de personas en Europa.

Por la religión, (hablo en concreto del cristianismo) se ha menospreciado a la mujer, dejándola en un segundo plano, sin voz, sin poder… Defendían que alentábamos a los hombres a caer en la tentación. Debíamos devoción a nuestros maridos, hacernos cargo de nuestros hijos y no perseguir nuestros sueños. Nos consagrábamos a una vida a la sombra del hombre. Porque tal y como decían las sagradas escrituras, le debemos lealtad y sumisión.

Un dato curioso es que en la Biblia omiten la verdadera historia de la creación del hombre y la mujer:

Según los escritos judíos, Yahvéh formó a Adán, el primer hombre y a Lilith, la primera mujer del mismo modo. Pero nunca hallaron armonía juntos. Cuando él deseaba tener relaciones sexuales con ella, Lilith se sentía ofendida por la postura que él le exigía. «¿Por qué he de acostarme debajo de ti? —preguntaba—yo también fui hecha con polvo, y por lo tanto soy tu igual». Como Adán trató de obligarla a obedecer lo abandonó y se fue del Edén. Después de esto, Yahvéh creo a Eva de la costilla del hombre.

Pero esa parte no les interesa que la sepamos porque claro, ¿cómo iba una mujer a abandonar a un hombre? ¿Cómo una mujer iba a creerse igual al sexo masculino? Hemos crecido con los prejuicios de estos pensamientos retrógrados que el hombre ha ido formando a su voluntad. Para guiar a su rebaño por donde quiera. Necesitaban mentes simples no pensantes que pudieran controlar con facilidad e inculcar sus creencias, dogmas y valores.

Es por eso que cualquier persona que destacara o que simplemente supiera más, como es el caso de aquellas que sabían usar las plantas como remedio medicinal, se las acusaba de brujería, eran torturadas y quemadas en la hoguera.

Con esto no quiero ofender a nadie. Cada quien es libre de creer en lo que quiera, sin embargo hay veces en las que uno debe abrir su mente y ver más allá…

Ningún Dios acabará con las guerras y el hambre en el mundo, o repoblará el amazonas por arte de magia… Todo esto depende de los humanos, todo esto, está en nuestra mano.

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