Tengo 16 años, y es muy triste ver que en este punto de tu vida donde le comienzas a dar importancia a las cosas, y ves como otros le restan esa importancia. El mundo está mal, mi hogar está mal, y este planeta es mi hogar. Todos los días veo una noticia catastrófica, ya sea otro incendio forestal, más pérdidas de glaciares, otra extinción. Hace meses la ONU anunció que estaba iniciando la sexta extinción masiva. Hace unos meses una chica de mi edad que debería estar disfrutando su adolescencia (como todos en esta etapa) tuvo que decirle: “¿Cómo se atreven?” A los líderes mundiales.
Todos los días veo perros callejeros, gatos, a los que nadie toma en cuenta. Cortan ramas de árboles que sólo dan sombra, sólo porque sí. Queman y nadie hace nada al respecto. Dejan basura por las calles. Son pequeños problemas, que juntos hacen que una chica con una vida ordinaria como yo piense:”¿Cómo hemos llegado a este punto?”
Vivo en Venezuela. Un país que está pasando por una crisis. No puedo hacer mucho. Los entes gubernamentales no sirven de ningún modo. Pero no tiro basura en la calle, y logré que mis amigos tampoco. No golpeo perros callejeros, si tenemos les damos comida, e incluso en mi colegio rescatamos a uno el cual será la mascota.
No siempre hay algo en que aportar, pero son esas pequeñas cosas las que pueden concienciar a otros, y poco a poco ir cambiando este patético mundo, no he perdido fe en la humanidad. A mí me concienciaron, tú, querido lector, también puedes hacerlos. Podemos hacerlo. Hacer un mundo mejor. Porque del 1+1 sale el 2, y del 2+2 el 4. Y así sucesivamente, y así, podemos generar un cambio.
Firma: una pequeña abeja, bss.
El ego no nos dejó ganar