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Charles Bukowski me ha presentado a un gran escritor.

Rogger García Rogger García Seguir Dec 02, 2019 · 2 mins lectura
Charles Bukowski me ha presentado a un gran escritor.
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La verdad es que somos muchos los que entramos a una librería en busca de una buena historia, caminamos por pasillos y libreros de sutil madera que guardan miles de páginas, ojeamos en la sección de jóvenes y solemos decepcionarnos al leer reseñas repetidas en contraportadas de distintos libros. No quiero decir que estos sean malos, pero creo que necesitamos historias que vayan más allá del fantasioso amor que estas cuentan, muchos de los jóvenes se han enamorado de personajes por el simple hecho de que se le pongan palabras bonitas en sus diálogos. Aquí es donde entra el señor Bukowski y su particular forma de escribir, esa manera que quizá para muchos no resulte agraciada simplemente porque no complemente un mundo de colores y arco iris en la literatura romántica juvenil, y aunque no es precisamente del escritor antes citado del que vamos a hablar tenía que citarlo, porque fue él quien me presentó a otro autor, alguien que pasa desapercibido entre los jóvenes, inclusive en adultos. Y es que Charles lo dice, y aunque quiera escribirlo de otra manera, mi principio de gratitud no me lo permite, así que lo diré de la misma forma en que en el prólogo de “Pregúntale al polvo” de John Fante él lo hace.

“Tenía tarjeta de lector. Rellené la hoja del servicio de préstamo, me llevé el libro a casa, me tumbé en la cama, me puse a leerlo y mucho antes de acabarlo supe que había dado con un autor que había encontrado una forma distinta de escribir. El libro se titulaba Pregúntale al polvo y el autor se llamaba John Fante. Tendría una influencia vitalicia en mis propios libros. Acabé Pregúntale al polvo y busqué más libros de Fante en la biblioteca. Encontré dos. Dago red y Espera a la primavera, Bandini. La calidad era la misma, se habían escrito con el corazón y las entrañas y no hablaban de otra cosa.”

Debo decir que nada sabía yo de Fante, si no hubiese sido por Bukowski aquella vez en la biblioteca, de lejos pude ver su nombre y sin duda me acerque a la estantería, ya ni que recuerdo que obra era, ya que rápidamente justo al lado de la colección de Bukowski me hallé con quien había sido su mayor influencia, el señor John Fante y su obra “Pregúntale al polvo” con una portada muy sencilla. Fui desesperado a casa pues solo con leer el prólogo supe lo que había encontrado, una naturalidad en la narrativa que cuenta sin vergüenza las cosas, que te cuenta el amor, si, pero no llena de fantasías que te hacer tocar estrellas, al contrario, el amor es narrado de un principio crudo y desnudo que va siendo remplazado con la sensibilidad sin remplazar los dos aspectos antes mencionados. Fante mezcla la realidad, el sentimiento de frustración y lo muestra en palabras grises que hace fácil y a la vez duro que lo puedas imaginar.

Al menos ahora estoy algo satisfecho, fui a la librería, me encontré a Bukowski pero me llevé a Fante.

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Rogger García
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