¿Estás viviendo la vida que soñaste en tu juventud? ¿Te casaste con el amor de tu vida? ¿Trabajas en lo que te apasiona? ¿Eres feliz con tu vida actual? Si tu respuesta a estas interrogantes es un Sí rotundo, te felicito tuviste excelentes decisiones que te han llevado a una vida en plenitud.
Si por el contrario alguna de tus respuestas es No, pregúntate ¿qué habría hecho distinto? ¿Tomaste tú misma todas y cada una de las decisiones que te llevaron a vivir tu vida actual? O en algún momento ¿Alguien más influyó en la toma de esas decisiones?
Pocas veces en la vida nos detenemos a preguntarnos si realmente estamos viviendo la vida que queremos vivir o si podríamos cambiar algo en ella para hacerla mas satisfactoria, más plena: por lo general, cuando nos hacemos padres queremos que nuestros hijos disfruten de todo lo que quizás nosotros en un momento dado no pudimos disfrutar por circunstancias particulares o por que tuvimos padres que consideraron tomar todas las decisiones de nuestra vida por nosotros. Si en la actualidad no estás 100% conforme con lo que haces y no estas llevando una vida plena, ¿Podrás hacer algo al respecto para que las cosas mejoren?
Para tu fortuna la respuesta es Sí, siempre se puede cambiar el rumbo de las cosas que no nos gustan de nuestra vida, quizás no puedas cambiar las circunstancias adversas que atraviesa tu país en este momento, pero puedes hacer pequeños cambios en tu entorno que te ayudaran a hacer de tu vida, más satisfactoria a pesar de las circunstancias externas.
Sin embargo, debes preguntarte ¿Estás dispuesto/a a hacer lo necesario para transformar la vida que tienes ahora, por la vida que realmente deseas? ¿Qué estarías dispuesto a hacer para vivir más feliz? Si tuvieras la oportunidad en este momento de hacer lo que te apasiona ¿lo harías? Realmente sabes, ¿Cuál es tu pasión en la vida?
¿Por qué si el tema es (Padres: Aceptando el camino de tus hijos desde el respeto) se plantean preguntas sobre lo que tu deseas? Porque para poder comprender cómo podemos ayudar a nuestros hijos, primero debemos entender si realmente hemos sido asertivos en la toma de decisiones en nuestras vidas y cómo puede afectar este patrón de comportamiento la vida de nuestros hijos.
Todos sabemos que NO EXISTE un MANUAL para ser PADRES, eso implica que cada uno de nosotros durante la crianza de los hijos ha tenido que aplicar el Método de Ensayo y Error a la hora de educarlos, algunos siguiendo como modelo la forma como fuimos criados de forma consciente, otros repitiendo ese mismo patrón de forma inconsciente y otros han decidido sencillamente hacerlo distinto.
Todo lo que realizamos para nuestros hijos lo hacemos con la mejor intención y desde el más profundo amor de eso no hay la más mínima duda, sin embargo, a pesar de estar impulsados por el amor, eso no garantiza que todas las decisiones que tomamos en torno a ellos sean las más adecuadas para su crecimiento como individuos, ya que generalmente ese mismo amor, nos impulsa a sobre protegerlos, impidiendo así que ellos experimenten el proceso natural de desarrollo de la personalidad, toma de decisiones, aceptación de los errores y aprendizaje que conllevan estos, proceso que es totalmente natural y necesario para que su personalidad evolucione de forma saludable y autónoma.
En consecuencia, a pesar que los amamos, terminamos generalmente sin saberlo, siendo padres castradores, quizás igual como lo fueron nuestros padres, y repitiendo patrones que en algún momento pensamos que no queríamos seguir.
¿Cómo saber si lo estas haciendo bien? ¿Si estas tomando las mejores decisiones para el futuro de tus hijos? Siendo honestos no existe algo como un termómetro que mida el nivel de asertividad a la hora de tomar las decisiones relacionadas con nuestros hijos, no obstante, hay algunos aspectos que podemos considerar a la hora de tomar decisiones en torno al futuro de nuestros hijos, que pueden arrojar luz sobre como se está desarrollando el proceso de crianza saludable y armónica.
A continuación te presento algunas recomendaciones en la Toma de Decisiones con relación a los hijos:
• Practica la Empatía: Es la capacidad de ponernos en el lugar de la otra persona con la que estamos interactuando, en este caso ponernos en el lugar de nuestros hijos. Una de las herramientas útiles para guiarnos en este proceso es cuestionarnos a nosotros mismos, es decir, pregúntate si yo fuera (mi hijo) ¿Me gustaría que mi opinión fuese considerada en este asunto en particular? ¿Quisiera que mis padres me dieran la oportunidad de expresar mi punto de vista y mis motivos? Si por un momento nos ponemos en sus zapatos, tal vez, podamos comprender mejor que puede estar sintiendo y el por qué de sus reacciones ante nuestras demandas.
• Prueba utilizar el dialogo abierto: Debes preguntarte ¿Hasta que punto le permito a mis hijos expresar sus ideas u opiniones, sin que éstas me causen asombro o incomodidad? Un dialogo flexible, abierto, desde la confianza para expresarse con libertad, sin ser juzgado o cuestionado, facilita entender su punto de vista y sus razones a la hora de realizar la toma de decisiones.
• Sé congruente y coherente en tus actitudes: Generalmente le fomentamos una serie de valores familiares, éticos y morales a nuestros hijos, valores que consideramos importantes para ser buena persona, buenos ciudadanos y desarrollar una convivencia adecuada dentro de la sociedad, sin embargo, cuando los deseos o gustos de nuestros hijos no concuerdan con lo que queremos para ellos, entramos en conflicto y por lo regular terminamos imponiendo nuestro criterio, restándole importancia a su opinión o sus motivos, por lo que violentamos los valores y principios de vida que les hemos enseñado.
• Toma en cuenta su opinión: Recuerda que en algunas de las decisiones que tomaron tus padres por ti cuando eras joven, te hubiese gustado que te preguntaran primero si eso era realmente lo que tu querías, por lo que te recomiendo que consideres en la toma de decisiones importantes como la elección de la carrera u profesión, que le gusta hacer a tu hijo o que es lo que hace mejor y con mayor facilidad, considera sus motivos y si no estas de acuerdo, razona con él y explícale amablemente tus motivos para sugerirle una opción determinada, dale argumentos convincentes, negocia con él y llega a cuerdos que satisfagan las expectativas de ambos.
• Relacionate siempre desde el respeto: Siempre ten presente que las decisiones que se toman en torno a los hijos repercutirán en ellos el resto de sus vidas, reflexiona un momento, si tienes la vida que deseaste, que te hace feliz y plena, y entonces recuerda si todas las decisiones que te llevaron a este momento de tu vida fueron tomadas por ti, o fueron impuestas por tus padres, quizás en el mejor de los casos fueron consensuadas entre ambos y entonces procura apoyar a tus hijos en una toma de decisiones desde el respeto a sus deseos y aspiraciones.
• Recuerda tus hijos son seres individuales y diferentes a ti, están creciendo en una época muy distinta a la que tu fuiste criada por lo tanto, las mismas cosas que eran de interés cuando tu crecías, ya han perdido su vigencia, debes darles el espacio para que desarrollen su personalidad, cometan errores y aprendan de ellos, es parte del proceso natural de la vida, debes estar ahí siempre para orientarlos, apoyarlos, y brindarles afecto, pero al final ellos deberán asumir la responsabilidad de sus propias decisiones bajo tu guía amorosa, sin imponer de forma arbitraria tu criterio, brindándoles el respeto que a ti te hubiera gustado que tuvieran tus padres a la hora de decidir tu futuro.
• Confía en la capacidad de tus hijos: Recuerda que los has criado para que sean personas independientes, responsables, autónomos, capaces de asumir retos, cuando desconfías de la capacidad de tus hijos, para afrontar los desafíos de la vida, desconfías de tu propia capacidad de haberlos criado de la mejor manera que puedes hacerlo, con las herramientas que tienes disponible para ello. Darles la oportunidad de tomar sus propias decisiones y de emprender el camino a su manera, es una forma de demostrar que confías en la crianza que le distes, en los valores y principios que sembraste en ellos durante su formación y que sabes que aunque no estés cerca en momento dado ellos llevan presente todas las buenas enseñanzas que les legaste y de seguro tomaran las mejores decisiones para su vida.
Si deseas ver crecer a tus hijos capaces de asumir responsabilidades y desafíos de forma autónoma, que puedan desarrollar sus talentos y prosperar siendo felices y que vivan una vida en plenitud, debes darles un voto de confianza y dejarlos que aprendan a asumir la responsabilidad de tomar sus propias decisiones en la vida.