"Nuevas huellas"

“Las nuevas huellas y el nuevo año”, dicen.
Nuevas aguas, aire, huellas y esas incesables ganas de cambiar, ser otros en sí mismos.
Probar, quizás tropezar y caer; o en el mejor de los casos, encontrar ese ser que estábas buscando.
Y en el peor de los casos, no ser eso tampóco; no ser esto, ni aquello.

Y es qué, ¿Es necesario que cambie un año para cambiar vos?
Y es qué, ¿Es necesario ser alguien en específico? …
Dicen que sí. Yo prefiero, no ser alguien en especial, sino ser lo que quiero y no esperar ningún año “nuevo” para serlo.

Si todos reconocieran que, pueden cambiar, avanzar, tropezar, caer y retroceder. Que no le teman a los retrocesos y a los desencuentros. Ni a las heridas, ni a sus marcas (Que a veces dejan un dolor intenso).
Si todos reconocieran que el verbo cambiar, no significa “avanzar”; sino que, va de la mano con “siempre estar en construcción”….
Si todos supieran eso, ¿Necesitarían de un año “nuevo” para poder cambiar?

Para cambiar, equivocarse, tomar decisiones erradas, tomar decisiones con miedo; en fin, tomar decisiones y después, afrontar las consecuencias. Porque, vayas dónde vayas, todo tiene consecuencias y estás son causantes de que te moviste, de estar en construcción. ¿Necesitás algún año “nuevo” para eso? Para ser lo que quieras, en cualquier lugar.

¿Necesitás esperar un año, para poder ser lo que quieras, en cualquier lugar?