Inteligencia artificial como futuro trabajador en detrimento de su equivalente humano.
El progreso nos ha hecho la vida más fácil. Gracias a las máquinas hemos reducido el tiempo de fabricación de cualquier objeto. Hemos conseguido generar todo tipo de caprichos, herramientas y ayudas en nuestro puesto de trabajo.
Recordemos que a finales del siglo XIX los tejedores vieron peligrar su trabajo por el uso de máquinas. Lo que supuso huelgas y creación de otros oficios para éstos trabajadores. En aquel momento, esta reconversión fue posible. Todo estaba por crear, mejorar, inventar. Pero ¿y ahora? Estamos siendo paulatinamente sustituidos ya no por máquinas como sucedía antaño, sino por inteligencias artificiales que no sólo saben lo que se les ha programado, sino que al interactuar con nosotros los humanos, aprenden. Y no sólo eso, son entidades que no necesitan descanso, ni vacaciones, no enferman y ni mucho menos hacen huelga para pedir los derechos que les corresponde. Son incluso mejores trabajadores que los esclavos, no olvidemos que en pleno siglo XXI siguen existiendo y no en número pequeño.
Es cierto que se necesitarán programadores, informáticos, diseñadores, y otros oficios que siempre nos dicen que aún no existen pero que los crearemos. Pero… ¿Cuántos empleos serán destruidos y cuántos se crearán? Ambas cifras no tienen pinta de ser equivalentes, porque sino el negocio no sería rentable y no invertirían tanto en esta cuarta revolución. Y entonces ¿qué será de los desocupados? ¿Serán desposeídos de su derecho a existir por no ser ya productivos? ¿Quiénes poseerán esos trabajos aún no imaginados? ¿nos separará aún más ésta situación de la clase pudiente? Son preguntas a tener en cuenta, sobretodo ante la insistencia de la promesa de conseguir una tasa de desempleo cero, vendida desde las marionetas políticas, cuando la realidad que persiguen es la contraria, tasa de empleo cero. Y por mucho que se mencione que habría que promulgar un impuesto sobre esos humanoides con inteligencia artificial para repartir mejor los beneficios económicos obtenidos por las grandes fortunas, todos sabemos que esas grandes fortunas no lo van a crear ni permitir.
Estamos en una sociedad del máximo beneficio al menor coste. Y…¿Qué pasará con la ingente masa de parados? ¿Será el comienzo de purgas para evitar su aumento y amotinamiento?
No hay que perder de vista el horizonte cuando las nubes se acercan.
Olvidar